La arequera Nair Fernández debutó en la Primera C de AFA con el equipo de fútbol femenino de El Frontón. La jugadora entró en el segundo tiempo del partido contra Flandria que las de San Andrés de Giles ganaron 4 a 1 el sábado pasado.
En una charla con Días de Areco, Fernández, que juega siempre con casco para proteger el implante que le permite oír, contó cómo fue la experiencia y cómo se fue entendiendo con sus compañeras y mejorando hasta llegar al equipo mayor del club de San Andrés de Giles.
“Me preparé unos años física y mentalmente antes de ir a probarme al club. Fui dos veces y me citaron, y ahí seguí yendo hasta que me quedé”, explicó. “Me costó adaptarme a los días de práctica porque tenía que viajar y entablar relaciones con las demás chicas y al principio fue raro, porque ellas no sabían cómo comunicarse conmigo. Tuve una reunión con los DTs y las compañeras y les dije cómo tenían que hacer: mirarme de frente, hablar pausado, modular bien los labios. Les propuse la comunicación con lengua de señas en los partidos y entre ellas. Muchas personas me preguntan por qué uso casco. Lo necesito para jugar y protegerme por el implante que tengo del lado derecho. No uso los aparatos para jugar. En esa reunión también conté que tengo que ir mojando el casco porque levanta temperatura y me sofoca, por eso no uso los aparatos”
¿Cómo te fuiste adaptando a tu nuevo club, después de mucho tiempo en Rivadavia?
“Me costó adaptarme a las prácticas porque eran muchos ejercicios. Arrancó el torneo de reserva y me citaron. Mi primer gol ahí fue olímpico contra Flandria, el segundo contra Vélez y los últimos dos hasta hoy, contra Merlo. A todo esto, fui mejorando gracias a Dios y las personas que me acompañan, mi familia y mi pareja”.
¿Y cómo pasaste a debutar en el equipo de Primera C de AFA de El Frontón?
“Me citaron para jugar en AFA contra Flandria y entré en el segundo tiempo. Estaba muy ansiosa por jugar y ganamos 4 a 1. Me sorprendió mi familia que fue a verme. Agradezco a mis nuevas compañeras y cuerpo técnico que me dan la confianza para seguir creciendo. Espero seguir progresando en esta etapa con la ayuda siempre de Dios, porque sin él nada podría lograr. Sigo confiando y sé que siempre está y estará conmigo. No es solo por mi fuerza sino también por su gracia que me da la oportunidad de jugar”.
¿Qué sentiste cuando te dijeron que estabas citada para el partido de Primera C?
“No lo esperaba. Sabía que era mi objetivo seguir progresando hasta llegar ahí, pero me sorprendí porque no lo esperaba. Fue un trabajo muy duro: miro atrás y no puedo creer lo que logré. Tuve bajones y seguí igual. Costó mucho y varias veces me rendí, pero pensé en Dios y creo que gracias a él sigo ahí. Cuando entré al club sentí que había muchas puertas abiertas, muchas oportunidades”.
¿Y cuando entraste a la cancha?
“Tenía los nervios normales, pero sabía que no era una oportunidad cualquiera, que para llegar ahí había que trabajar mucho. Fue muy guau ese partido. El estadio se sentía muy grande, como que se me venía encima. Veía mucha gente, nunca había estado en un lugar así. Fue muy lindo ir a jugar, compartir con las compañeras. Sabemos que no todo es ganar, es jugar y aprender. Incluso cuando perdés, ves tus errores. No hay cosas que no dejen una enseñanza”.