Bajo la consigna “salarios dignos ya”, esta mañana una parte de los trabajadores municipales iniciaron un paro por tiempo indeterminado en reclamo de mejoras salariales.
Nuevamente la medida de fuerza se sintió fuerte en el hospital Emilio Zerboni y en las Unidades Sanitarias de Villa Lía y Duggan aunque también se sumaron empleados de otros sectores de la administración municipal, mayoritariamente de las oficinas de turismo, cómputos, cultura y el CIC.
En el escenario actual hay imágenes que se repiten como calcadas desde finales de junio: cada vez es más evidente el quiebre, que parece definitivo, entre los gremios ya que UPCN y el Sindicato de Trabajadores Municipales aceptaron en asamblea la propuesta de aumento que ofreció el Ejecutivo (20% de mejora a pagar en cuatro tramos del 5% cada uno hasta noviembre) pero ATE y principalmente los trabajadores de salud se mantiene firmes en su posición de rechazo. Esto deja en claro que la fractura también penetró en el interior del plantel de empleados públicos locales.
Desde temprano los manifestantes armaron una carpa en la esquina de Moreno y Lavalle y encendieron fuego para calentar una olla popular. La adhesión en el hospital fue altísima y transversal (pararon mucamas, enfermeras, técnicos, auxiliares, ambulancistas, cocineras y administrativos) y solo atendieron urgencias. Inclusive tampoco hubo atención en el quirófano.
Cerca de las 10:30 horas los trabajadores se movilizaron con bombos, banderas y pancartas hasta la Municipalidad. Primero ingresaron al patio del viejo edificio de la calle Lavalle y luego marcharon por las calles Alsina, Alvear y Arellano con dos paradas en el camino: en el Concejo Deliberante y en el cruce de Alsina y Alem. Por momentos la columna, integrada por unas 70 personas, interrumpió la circulación del tránsito en la zona comercial de la ciudad y le entregaron volantes a los vecinos con copias de sus recibos de sueldo. Finalmente regresaron al hospital, que es el punto base de la protesta.
A esta altura de los acontecimientos hay algunos puntos sobre los es necesario reflexionar:
- El gobierno de Francisco Ratto encontró un límite a su política salarial y también a la estrategia utilizada para la negociación. Ya no puede cerrar un acuerdo que no incluya las demandas del sector salud.
- El grupo de trabajadores que llevaba adelante este plan de lucha, justamente de un área tan sensible como salud, está unido y firme en su reclamo, pero además supera las fronteras de ATE, gremio que canaliza estas demandas desde el plano sindical. Es decir que el pedido de los trabajadores desborda, va más allá del único sindicato que los acompaña.
- ¿Qué solución se puede encontrar para darle salida a esta tensa e inédita situación que cada vez toma más temperatura?
- ¿Cómo pensar no solo en lo urgente sino también en el futuro, apuntando a un plazo más largo, la realidad que viven muchos trabajadores municipales donde también se instaló como norma un alto grado de desigualdad salarial?
- En una mirada más amplia de este conflicto debemos tener en cuenta que la Municipalidad paga más de 1.200 salarios mensuales en los que invierte arriba de 80 millones de pesos que casi en su totalidad se gastan en el consumo local. El comercio de San Antonio Areco y la economía interna toda, sienten esta política salarial del gobierno que está pauperizando el poder de comprar de los salarios públicos porque al menos desde 2019 para acá todos los acuerdos paritarios firmados fueron con aumentos por debajo del porcentaje de inflación anual, que, por cierto, cada vez es más elevado.