El Dr. Luis Giménez planteó en una nueva entrevista con Días de Areco que vivimos en el “mundo Milei, crueldad y locura”.
El médico psiquiatra y especialista en salud pública señaló que el Presidente de la Nación no puede sentir al otro como a un ser humano y que está generando un estado de confusión con la aplicación cruel de sus políticas públicas.
Giménez se desempeñó con Director del servicio de salud mental del Hospital Pirovano de CABA y fue director asociado del Hospital Esteves de Lomas de Zamora.
¿Hay alguna manera de comprender lo que está pasando en estos dos meses y medio de gobierno de Javier Milei?
“La mayoría estamos como shockeados, tratando de entender o de comprender lo que está pasando porque son un poco más de 60 días aceleradísimos donde pasaron y siguen pasando un montón de cosas que según mi parecer desataron un fenómeno inédito en la Argentina que no solo tiene que ver con lo político sino también a nivel cultural por esa intención, como el propio Milei dice, de querer hacer una refundación política, cultural, jurídica, laboral del país. Entonces pensé en esto: el mundo de Milei, crueldad y locura. Vamos a ver si en base a esto podemos ofrecer argumentos para hacer un aporte para de comprender este fenómeno nuevo que lamentablemente está marcado por la crueldad y la locura”.
¿Cómo es eso de crueldad y locura?
“La crueldad tiene que ver con una forma de pensar y de relacionarse con el ser humano a partir que de algunos se consideran superiores y se encargan de hacer notar esa diferencia. Eso ahora entró en una fase mucho más profunda, mucho más aguda. La crueldad se puede dar en dos niveles, el material y el ideológico. En lo material es evidente que estas políticas que aplica Milei son dañinas y hacen mucho daño porque generan desnutrición infantil y en la salud de los adultos mayores porque ya no pueden pagar los tratamientos ni comprar los medicamentos, por lo tanto hay gente que se va a morir. Directamente esta crueldad produce muertes pero la novedad de este proyecto político es que plantea que hay que sufrir para después estar mejor. Ahí están proponiendo con todas las letras algo desembozado que expone claramente esta forma de crueldad donde hay una gran mayoría de sectores sociales muy vulnerables a los que no se los considera como la gente de bien como sí lo son ellos”.
¿A qué lleva esta crueldad?
“Esto lleva a una deshumanización del otro, de esas personas que según Milei no son gente de bien. Esta idea de la deshumanización es muy grave porque en muy pocos períodos de la historia del mundo se dio algo como esto. Puede haber sido durante el nazismo, el fascismo o en la última dictadura en Argentina pero ahora lo están llevando adelante a través de políticas públicas, dichas, habladas y lo hacen sin sentir culpa de hacer ese daño, por eso es que puede tratar a los otros como cosa. En ese contexto hay una confrontación o como una guerra, como ellos le llaman, contra lo colectivo y ponen el énfasis sobre lo individual que lleva a un individualismo extremo. El efecto de esto es romper cada vez más la trama social, lo comunitario que fue y que sigue siendo tan importante en la Argentina porque mucha gente, sobre todo en los barrios más pobres, se sigue sosteniendo por el trabajo de los movimientos sociales”.
¿Usted también habló de locura, a qué se refiere específicamente?
“La locura es la segunda gran característica de este fenómeno político, ideológico, social y cultural que es Milei. La locura es un funcionamiento que se produce cuando el juicio de realidad está alterado. Este juicio de realidad es una parte de la razón humana que me permite saber si algo está bien o está mal, si hago el bien o hago el mal y cuando está alterado, esto lo vemos en nuestros pacientes, se construye una verdad propia porque no pueden entender la realidad social que los rodea. Entonces se construyen su propia realidad y pueden llegar a tener lo que se llama un pensamiento delirante, que va por fuera de la realidad hasta llegar a lo que se define como una certeza delirante. Milei habla a partir de certezas que no quiere discutir de la misma manera que habla un paciente psicótico. Estos pacientes hablan desde una certeza pero delirante que está desapegada de la realidad. Lo mismo ocurre cuando Milei habla de las fuerzas del cielo y dice que existe algo allá arriba con lo que tiene que cumplir. Es decir que el presidente vive en un estado de megalomanía. Milei está encerrado en sí mismo, en su propio castillo narcisista, sin contacto con la realidad, actuando desde sus propias convicciones, que son casi delirantes, a partir de un funcionamiento de megalomanía que hace que no puede discutir ni dialogar”.
¿Cómo se puede afrontar esta situación de confusión constante que genera Milei con sus dichos y con sus acciones concretas de gobierno?
“Es por esto que creo que este presidente está generando un estado social de mucha confusión y no solamente de incertidumbre. Digo que Milei está generando una situación de confusión mental que se suma a la cadena de traumas que la Argentina sufrió en los últimos 40 o 50 años. A esa cadena Milei le agrega un eslabón de mucha agresividad, de mucha violencia, no solo discursiva sino que es concreta a través de sus políticas públicas. No hay empatía que significa poder sentir al otro porque no lo puede sentir como a un humano. Entonces viene esto: no poder ayudar a aquellos que ya no tienen para comer. Lamentablemente tenemos que ser muy francos porque si no vemos cómo Milei está planteando las cosas no vamos a saber cómo reaccionar. Para salir de esta confusión mental, de esta violencia, de esta agresión permanente tenemos que comprender lo que está pasando. Una pregunta sería cómo evitar seguir dañándonos. Ver cómo preservar la salud, la salud mental pero además ver cómo no seguir haciéndonos daño. Creo que el tema pasa por encontrarnos, por compartir. El primer paso de la cultura es el encuentro y una de las principales definiciones de cultura es como una comunidad se organiza en todas sus actividades y la clave pasa por encontrarse para generar conversación y no agresión”.