Jerónimo Guiraud es músico, pero tiene algo de actor o de narrador. Para cada canción que compone, tiene una anécdota. Desde la vez que le escribió al carnaval tratando de bajar los nervios en un viaje en avión hasta cuando un misterioso dolor del muela lo hizo agarrar la guitarra y componer, le encanta contar la cocina, el detrás de escenas de su proceso creativo.
Eso hizo anoche en el Bar Mitre, con un espectáculo que tituló “Monólogos de la canción. Toda canción tiene una historia y toda historia puede ser una canción”. Durante más de una hora, el guitarrista, compositor y docente repasó temas propios e hizo delicadas versiones de clásicos como Alfonsina y el mar, Qué ves y Algo Contigo.
En un ambiente intimista, con un pequeño escenario en una esquina del bar, Guiraud paseó a los presentes por su obra mostrando su carisma y la enorme pasión que le pone a lo que hace. Pero sobre todo, lo hizo con gran vulnerabilidad, contando sus búsquedas personales, las dudas y miedos que lo han plagado a lo largo de su vida y que ha ido convirtiendo en canciones.
Durante el transcurso del show, se sumaron en las voces Mauro Rocha, con quien comparte un proyecto de boleros, y Olivia Houssay, su esposa y compañera en el dúo Olivia y Jerónimo.
Cortando la semana, el Mitre volvió a darle la bienvenida a la música en vivo, consolidándose como espacio cultural. El bar apuesta fuerte a los artistas locales y de manera regular organiza encuentros como este, con representantes de distintos géneros musicales.