En la Avenida Vieytes, a pocos metros de Dr. Durán, hay desde hace varios meses un pozo de importante tamaño y profundidad, del cual drena agua de manera constante.
Si bien el bache está rodeado por vallas de madera, dificulta la circulación por una de las arterias más transitadas de la ciudad, porque la cruza desde los barrios Prado, Los Naranjos, Papa Francisco y de la Estación hasta Smith y le quita espacio al tránsito de ciclomotores y bicicletas que prácticamente no tienen lugar para pasar por ese sector.
La pérdida de agua se expande por toda la mano derecha y cubre casi la totalidad de la cuadra hasta llegar al cruce con Moreno, donde también está roto el asfalto de manera visible. Además debido al paso del tiempo se juntó verdín contra el cordón de la vereda y en los días de alta temperatura general mal olor.
La Vieytes es una de las primeras calles que se asfaltaron en el pueblo, hecho que ocurrió a fines de la década de 1930 cuando gobernaba la Intendencia José Antonio Güiraldes, popularmente conocido como Don Pepe y en esa esquina, donde se juntan el acceso Dr. Duran con el nacimiento de Aristóbulo Del Valle, se reúnen los parroquianos del club Rivadavia para conversar de fútbol y de la vida en estas tardecitas de un verano que se estira demasiado.
Esta es una muestra más, entre tantas, de las falencias que ostenta la gestión del Intendente Francisco Ratto en la prestación de los servicios públicos más básicos que su función le demanda. Está claro a esta altura de los acontecimientos, tres años largos de administración, que Ratto no tiene respuestas para este tipo de problemas que afectan la marcha cotidiana de la realidad de la mayoría de los vecinos o que si las tiene, no figuran en los primeros renglones de su agenda que tampoco se sabe a ciencia cierta para donde apunta como propuesta de futuro.