Luna Zanou es una joven fotógrafa y diseñadora que recientemente abrió su propio estudio y busca combinar su pasión por el arte con el deseo de acompañar a emprendedores.
En esta charla con Días de Areco, contó cómo llegó a la fotografía y cómo trabaja para consolidar su espacio y unir los distintos ámbitos en los que se fue formando.
¿Cómo llegaste a la fotografía?
”Fue medio natural. De chiquita siempre me gustó sacar fotos, pedía un celular con cámara o una cámara digital de las chiquitas, de las primeras. Me acuerdo cuando fueron apareciendo los celulares con cámara y me compraron mi primer teléfono, lo único que me importaba era que tuviera cámara. Cuando llegué a sexto de la secundaria, estaba tocando la batería y quise ir por la música pero después cambié de idea y me anoté para hacer imagen y sonido en la UBA. Viajaba desde acá tres veces a la semana, hice un solo cuatrimestre y después me agarró la pandemia. Justo ese año me había anotado para hacer la licenciatura en fotografía en UNSAM, pero nunca llegué a arrancar. Ya durante la pandemia, mirando las redes y haciendo cosas en casa, encontré la Escuela Argentina de Fotografía, vi que tenía la carrera, me gustó y empecé virtual”.
¿Cómo fue esa cursada?
“El primer año fue todo a distancia y después mixto, con algunas clases virtuales y otras presenciales. Así que ahí me mudé a Capital con mi hermano Felipe, que había empezado a estudiar arquitectura, e hice los últimos dos años. Después de terminar de estudiar fotografía, como tenía ganas de seguir estudiando y en la carrera había tenido una materia de diseño gráfico muy básico y me gustó (siempre fui también de dibujar o diseñar), me anoté para hacer diseño gráfico en la UBA. Hice un cuatrimestre del CBC pero después, por cosas como que sentía que Capital ya no era mi lugar, decidí volver a Areco, necesitaba volver a la tranquilidad”.
Volviste a la casa familiar, que está muy marcada por el arte. Tu mamá Lola fue docente de la Escuela de Arte, tu papá Juan Pedro es músico y lutier, tu abuelo Armando periodista e ilustrador…
“Nací en una casa llena de arte siempre. Mi mamá con los cursos de arte de los que participaba de chiquita y mi papá que es músico y sigo escuchándolo ensayar con alguna banda en casa, así que siempre estuve rodeada de arte y música”.
¿Cómo surgió la idea de armar tu estudio?
“En principio no estaba la idea del estudio. Sí de meterle más ganas a la fotografía. Antes estaba trabajando en un lugar fijo en Capital y no tenía tiempo de estar mucho con la fotografía, de promocionarme. Entonces, cuando volví a Areco, la idea era aprovechar el estar acá y promocionarme y por suerte me está yendo bastante bien. Pensando qué más hacer, cómo unir el diseño y la fotografía, surgió la idea de hacer el estudio con servicios que apuntan no exclusivamente a la fotografía. Está pensado para hacer fotografía más de producto que sea con fondo blanco y también para fotos cuatro por cuatro y para los currículos y ofrecer armar el currículo para quien esté buscando trabajo y quiera algo más formal. También la idea es hacer productos como fotos impresas, señaladores y cuadernos personalizados”.
Acá unís la fotografía con el diseño…
“En la parte de diseño, me estoy enfocando más en la identidad visual (logos, colores, tipografías) para emprendimientos. Uno de mis proyectos también para este año es hacer pequeños cursos para el emprendedor que por ahí no puede acceder en un principio a la fotografía o el diseño pero puede aprender a hacer por sí mismo algo que se vea profesional”.
¿Qué proyectos tenés para el futuro?
“La idea es este año poder terminar y poner el funcionamiento el estudio y que quienes quieran puedan acercarse a ver los productos, a preguntar por los servicios. Quiero seguir creciendo con la fotografía y los servicios de diseño y ayudar a las personas que tienen emprendimientos, que es algo que también me gusta mucho”.