A medida que baja el agua, aparecen nuevos desafíos para las personas afectadas por la crecida del río. En toda la costanera, comercios de todo tipo empiezan a limpiar para volver a ponerse a punto y reabrir sus puertas lo más pronto posible. Muchos trabajan con el turismo y están preocupados por cuánto tardarán los visitantes en volver al pueblo.
Días de Areco charló con dos jóvenes emprendedores, Luciano Pugliese de alfajores El Arequero y Lorenzo Sánchez de Arrivati pizza, que se vieron afectados por la inundación.
Luciano tiene su local sobre bulevar Zerboni entre Héroes de Malvinas y Belgrano, mientras que Sánchez abrió a fines de 2023 su espacio a la vuelta, en Belgrano casi Zerboni. Ambos tuvieron agua dentro de sus negocios.
“El jueves me levanté con un montón de llamadas y salí corriendo para el local. Llegamos y estaba por entrar el agua. Cuando vimos eso, empezamos a sacar lo más importante: las heladeras, la amasadora y el horno. Conseguimos la camioneta de un amigo de mi hermano y nos pudimos llevar eso mientras además llovía”, contó Sánchez.
El joven maestro pizzero relató que “después tuvimos que cerrar porque ya estaba entrando el agua. Perdimos no mucha mercadería, algunas cosas que en el apuro por querer salvar las dejamos ahí, por ejemplo algunas cajas que se mojaron. Ayer pudimos ir a limpiar, hicimos un trabajo bastante a full y ahora quedó todo para ir llevando las cosas de vuelta y retomar la semana que viene. Calculamos que entraron unos 50 centímetros de agua y la sacamos barata, porque si hubiera sido más, quizás perdíamos otras cosas como las mesas, que son de madera y hierro”.
Por su parte, Pugliese relató que no fue su primera inundación, ya que le tocó atravesar situaciones similares trabajando en el Hotel San Carlos en 2009, 2014 y 2015. Con esa experiencia, “sabiendo que podía subir el agua, tratamos de levantar las cosas y dejar todo preparado lo mejor posible sabiendo que iba a entrar el agua”.
Sobre cómo afectó esta crecida a su negocio, explicó que “perdimos mercadería, pero como el resto de los comerciantes estamos en la misma situación, a veces nos consolamos pensando que hay otra gente que está peor. Tengo colegas a los que les entró el agua en sus negocios y en sus casas y me imagino la desesperación de no saber dónde ir primero, qué levantar”.
Para Pugliese ahora se abre un panorama complejo y se deberá trabajar en la promoción turística para reactivar la llegada de visitantes a Areco: “Ya nos afecta no poder abrir el fin de semana, porque es cuando más trabajamos. No abrir uno o dos fines de semana nos complica un montón por los gastos fijos, más los gastos que nos pueden llegar a generar la inundación y las pérdidas materiales. A su vez estamos pensando cómo salir apenas pase la inundación, ponernos en movimiento de vuelta porque sabemos que una vez que baje el agua tenemos que estar rápidamente tratando de generar ingresos para pasar la situación. Como los canales nacionales levantan la noticia, a veces a la gente después le cuesta vernos como destino turístico porque piensan que seguimos inundados, así que es fundamental ni bien baje el agua hacer promoción de que Areco está apto para que los visitantes vengan a pasar el día y disfrutar del pueblo”.
Sánchez y Pugliese son solo dos ejemplos de los muchos comercios locales afectados por la crecida. Algunos, a los que les entró menos agua o no llegaron a inundarse pero sí quedaron anegados, pudieron reabrir sus puertas a partir del sábado. Otros están aún esperando que termine de bajar el nivel del río o completando tareas de limpieza para retomar la actividad. Este fenómeno natural complica más aún la delicada situación de las PyMEs, que vienen cayendo en sus índices de actividad en todo el país: de acuerdo a un relevamiento de la Confederación Argentina de Mediana Empresa, la contracción fue del 27% en diciembre, del 30% en enero y del 9,9% en febrero.