Lola Vergara del Pozo ha estado casi toda su vida vinculada al quehacer artístico. Desde pequeña ayudó a su padre, el periodista Armando Vergara del Pozo, en la impresión de sus distintos periódicos y proyectos y fue durante más de 25 años docente en escuelas de arte.
En esta charla con Días de Areco repasó su trayectoria con el arte y habló de su proyecto Casa Impresa, que busca acercar distintas técnicas y especialmente fortalecer el grabado a nivel local.
¿Cómo te definirías como artista?
“Soy grabadora, me dedico al grabado y al arte impreso como eje. Fui profe de escuelas de arte durante 26 años, tanto en Areco como en Mercedes entre otras instituciones. Estudié en la Pueyrredón en Buenos Aires y después me recibí en la Universidad de las Artes, la UNA, y básicamente todo lo que hago gira en torno al grabado y al arte impreso. Incluso las derivaciones que fui haciendo después, fundamentalmente con la cerámica y lo textil, tienen que ver siempre con ese origen en el grabado y en el arte impreso”.
¿Cómo llegaste al grabado?
“Cuando estudiaba en la Pueyrredón teníamos que elegir una especialidad y grabado era la que menos conocía. Con el tiempo descubrí que, evidentemente, en el inconsciente había una conexión con mi familia, con la imprenta con mi viejo y el diario, con haberlo ayudado y acompañado en el trabajo en distintas tareas que tenían que ver con lo impreso. Realmente cuando empecé a estudiar, fue descubrir una rama nueva dentro del arte. Todo ese ambiente de detalle, tintas, prensas fue como amor a primera vista. Te diría que desde el momento que nos pidieron los primeros bocetos fue como un código nuevo que me deslumbró”.
Después fuiste expandiendo la producción, combinando el grabado con otras técnicas…
“Durante mucho tiempo me dediqué al grabado tradicional y recién a partir de 2010 empecé a trabajar la parte textil porque tomé unas horas de grabado y serigrafía en la Escuela de Arte. Me capacité para eso con distintas profesores en Capital federal y ahí empecé a explorar la gráfica expandida, otras dimensiones del grabado sobre distintas superficies o materiales. Hice muchas capacitaciones que tenían que ver con el textil, con el eco print y el teñido de las telas. En un momento en Municipio, allá por 2018, daba unas becas culturales y apliqué para hacer capacitaciones sobre grabado menos tóxico, con técnicas más amigables con el medio ambiente. Ahí había todo otro mundo que no había transitado, porque mi formación había sido más tradicional. Con el tiempo exploré también la cerámica y me apasionó”.
¿En tu historia con el arte hay una combinación de tu historia familiar y de la docencia?
“Empecé desde muy chiquita a trabajar con mi papá en la imprenta. En esa época se hacían originales que eran transparencias y había que completar, todos códigos que también aparecen en el grabado. A eso le sumé que en la continuidad con la docencia me fui encontrando con grandes maestros que venían a dar clases a Areco como Alberto Arjona. Más que su ayudante en la materia de grabado, te diría que fui una alumna más. La docencia la recuerdo como algo súper importante porque también en el enseñar estás todo el tiempo aprendiendo fundamentalmente”.
Ahora estás encarando el proyecto Casa Impresa, que es un poco abrir las puertas de tu casa taller…
“El nombre Casa Impresa tiene que ver con eso, con que desde chica siempre habité casas o espacios que tenían que ver con lo artístico como oficio. Entonces, cuando pensamos el nombre del espacio, pensamos que nuestra casa es tan artística porque todos hacemos algo que tiene que ver con el oficio de crear. Queremos que Casa Impresa sea un espacio donde la gente que venga se sienta rodeada del hacer artístico, que pueda hacer un intercambio, compartir una experiencia, recorrer el taller y llevarse objetos impresos”.
¿Qué propuestas tiene con Casa Impresa?
“Está pensada en dos caminos. En lo local, trabajar para que la gente pueda venir, hacer talleres y capacitaciones, incluso ya di uno con mi mamá que se recibió de técnica ceramista, y que artistas o estudiantes puedan utilizar el espacio que está equipado con prensa, guillotinas y lo necesario para la producción. La otra idea es apuntar a la parte turística, a abrir la casa y que los visitantes puedan hacer el recorrido de un paseo gráfico”.
Ya tienen algunas actividades programadas para este año…
“Para este año vamos a tener talleres de xilografía, serigrafía, block printing y sellos. Además queremos hacer la primera feria o encuentro de grabado y arte impreso que reúna a artistas de Areco y la zona a exponer y vender, porque hay muchos y muy buenos. Además estoy trabajando en reconstruir la historia del grabado y el arte impreso en nuestra ciudad. En ese sentido hay grandes grabadores que expusieron en Areco y distintas imprentas. También queremos trabajar para fortalecer el mes del grabado en Areco en octubre, como pasa en otras ciudades”.
¿Qué sueños dirías que te quedan por cumplir?
“Un sueño que tengo es armar una cooperativa de producción artística y me gustaría mucho recopilar datos sobre el grabado en Areco y fortalecer el mes de grabado. La Escuela de Arte tiene orientación en grabado y arte impreso y hay muchos alumnos y profesores que tienen sus prensas de grabado, que trabajan muy bien, y me gustaría que nos uniéramos”.