Después de la lluvia, la postal se repite en distintos rincones del pueblo: las calles de tierra quedan en un estado calamitoso y en muchos casos se vuelven intransitables. Desde las zonas que fueron afectadas por la inundación y cuyas calles de tosca no tuvieron mejoras desde la emergencia, hasta los barrios de la zona sur donde se acumula el barro, la falta de mantenimiento es notoria.
Un párrafo aparte merece la zona del loteo Irazú, cercano a la Cuenca Este: no solo sufrió la inundación (algunos vecinos reportaron más de 30 centímetros de agua dentro de sus casas) sino que ahora sus calles están en estado deplorable. Lejos de la visión propagandística del Municipio, que se jactó de haber hecho la obra de cordón cuneta en la zona para mejorar la transitabilidad, las vías de esa zona son un verdadero barrial y es casi imposible transitarlas en auto.
Incluso algunas calles que tienen mejorado hecho hace años empezaron a perder ese material y a minarse de pozos. Así pasa en la calle Sabina Petrilli, que pasa frente a la construcción del edificio propio para la Secundaria 4: si bien tiene mejorado, hay un bache tan grande a mitad de cuadra que se hace casi imposible circular después de las lluvias.