La docente y dirigente política Lucía Gómez conversó con Días de Areco sobre los discursos de odio y el retroceso en las políticas de género y diversidad que prevalecen en la gestión cotidiana del presidente Javier Milei.
En la entrevista, Gómez planteó que es necesario construir una unidad en red a nivel nacional para defender los derechos que están seriamente cuestionados, al mismo tiempo que cuestionó el rol de los medios de comunicación que le dan legitimidad a estos discursos violentos.
¿Hay un retroceso en las políticas de género y diversidad desde que Javier Milei es Presidente de la Nación?
“Creo que desde un comienzo, cuando el Presidente Milei empezó a manifestarse en los medios de comunicación y en la redes sociales, se percibió como una amenaza a los avances, a los progresos que se habían logrado en materia de derechos. Pienso que parte de la sociedad ya percibía ese discurso, bastante violento y muy provocador que luego se trasladó a su gestión concreta, pero otro sector esperaba que fuera a encontrar algún freno de parte de la misma sociedad o del Congreso Nacional pero eso no se ve. Esta situación hizo aparecer un alerta en las asambleas, en los grupos de mujeres y diversidades porque hay un ataque constante desde el gobierno a la ESI, a las cuestiones de género que se quedan sin financiación estatal o entender a la ley de cupo trans como si fuera un privilegio en medio de un discurso de odio constante”.
¿Piensa que vivimos en un momento de mucha violencia?
“La violencia se dice de muchas maneras y debemos definir qué es lo que entendemos por violencia cuando estamos frente a un Presidente que tiene una mirada desde la perspectiva de la destrucción que no impulsa el concepto de crecer con el otro sino que apunta a crecer a partir de pisar o de destruir al otro. En ese camino debemos proyectar un gran trabajo a partir de las asambleas pera primero tenemos que identificar todos estos ataques y estos discursos violentos, el vaciamiento que se está llevando adelante en todo lo relacionado a las políticas de género, a lo que ahora se suma el desempleo y empezar a percibirlo como violento para unirse, no solo localmente sino a nivel nacional para armar redes como las que se hicieron en tiempos de la despenalización del aborto que fue una movida masiva. Lo que debemos hacer es recuperar esas luchas para enfrentar a este tipo de gobiernos”.
¿Como el gobierno ataca en varios frentes al mismo tiempo, hace más complejo poner en práctica una reacción de los sectores afectados por ese discurso de odio?
“Debemos salir de este desconcierto porque el ataque no es solo contra las políticas de género sino que también hay un ataque contra la cultura, contra le memoria, contra el ambiente, contra la educación, contra la universidad, contra los derechos humanos. Milei tiene un pensamiento que asocia a que todo es un curro, como si todos los derechos que se consiguieron en el último tiempo no debieran existir. Se ataca para retroceder en ese campo y esa violencia se está naturalizando desde arriba, desde la figura del propio Presidente con un rol fundamental de los medios de comunicación que avalan ese discurso de odio sin detenerse en las consecuencias que puede tener. Hoy parece que cualquier mentira, que cualquier ataque están permitidos y es allí es donde tiene que haber un freno para que esto no siga creciendo porque si no recibe ningún tipo de freno se lo está legitimando”.