Daniela Laporte es técnica universitaria en gerontología. Se formó en la UNSADA y trabaja para mejorar la calidad de vida de adultos mayores y sus familias. En esta charla con Días de Areco, puso el foco en la soledad que atraviesan muchas personas de la tercera edad y cómo hacerle frente.
¿Qué pasa con la soledad entre los adultos mayores?
“La soledad no deseada es un tema muy importante hoy en todo el mundo. Podemos hablar de dos tipos de soledad, que es una percepción subjetiva de cada persona: por un lado, las personas que no tienen contacto con otras, que se calcula en algunos casos pueden pasar hasta un mes sin hablar con nadie, y quienes, incluso teniendo gente cerca, se sienten solos. Puede ser incluso que sean visitados regularmente por sus familiares, pero se sientan solos o dejados de lado porque los demás hablan de temas que no entienden o no les prestan la atención que querrían. En la Argentina, se estima que el 20% de la población de adultos mayores se siente sola. Tengamos en cuenta que en Argentina se consideran personas mayores a los mayores de 60-65 años, la edad jubilatoria, y son alrededor de 7 millones de argentinos, más del 15% de la población total. Somos uno de los países con la población más envejecida de América Latina”.
Es un tema muy importante, de salud pública…
“Sí, se trata de un tema de salud pública que necesita de políticas específicas para acompañar a las personas mayores. Hoy la ciencia considera que el riesgo de muerte aumenta hasta un 30% entre las personas que viven sin compañía, y alcanza el 50% en quienes se autoperciben y sienten solos”.
Ante esta situación, ¿qué se puede hacer?
“Lo que trabajamos es el proyecto de vida de las personas mayores. Puede ser que en algún momento lo hayan tenido y por distintos motivos lo dejaron de lado o tenemos que acompañarlos para pensarlo. Por ejemplo: una persona que disfrutaba mucho tejer pero dejó de hacerlo. En ese caso, buscamos por qué se alejó y la acompañamos para que pueda volver a hacerlo, sumarse a un club, y así vincularse con otras personas. Es muy importante que las personas tengan un proyecto de vida claro y que respetemos sus ideas, sus gustos, sus costumbres”.
¿Qué ventajas tiene que las personas mayores tengan un proyecto de vida claro?
“Tener un proyecto de vida hace que las personas estén dispuestas a cuidarse más, a tener motivaciones, a realizar actividades y así dejar la soledad. Insisto en que es muy importante respetar sus costumbres y escucharlos para trabajar juntos en ese proyecto de vida”.
Muchas personas mayores quieren también aprender a usar herramientas tecnológicas…
“Otro punto importante es la inclusión digital. A modo de anécdota: hace poco charlaba con una señora que conozco y que se notaba le pasaba algo con su celular. Me contó que estaba tratando de aprender a hacer videollamadas porque sus hijos viven en el exterior y hace poco fue abuela, y esa es la única manera que puede contactarse con ellos. Los profesionales de gerontología también podemos ayudar en esas situaciones”.
¿Qué rol cumplen ante todo esto los profesionales de la gerontología?
“Los gerontólogos somos profesionales que podemos actuar en distintos ámbitos, ayudando en todo lo que necesiten los adultos mayores: desde asistirlos a la hora de vestirse, hacer trámites, trabajar inclusión digital, hasta dar clases, acompañar a las familias que, por ejemplo, tienen un familiar con demencia y no saben cómo abordar la situación. Nos formamos y somos profesionales para poder acompañar y asistir a las personas mayores y también a sus familias”.
En tu caso, te formaste acá en Areco, en la UNSADA, y podés trabajar en tu pueblo…
“Es muy bueno que tengamos desde hace algunos años la universidad acá en Areco. Yo soy la primera en mi familia en recibirme en la universidad y a mis casi 40 años, soy profesional gracias a la educación pública. Por eso también tenemos que defender la universidad”.