La Semana de la Inclusión organizada por el anexo local del Instituto 139 finalizó ayer por la tarde con una concurrida charla a cargo del joven autista e influencer Ian Moche y su familia. En el Club Rivadavia, la consigna fue “Hablemos de autismo” a través de la experiencia de Ian y su mamá, Marlene Spesso.
“Para entender el autismo solo hace falta una cosa además de empatía: sentido común. Si sé que a mi hijo o mi alumno lo desregulan los aplausos, empezamos a cambiarlos por aplausos amigables, por ejemplo”, explicó Spesso tras contar cómo cambió su vida desde que su hijo fue diagnosticado con autismo.
Durante la charla, de la que participaron alumnos de escuelas e instituciones de educación superior de todo el distrito, Moche y su familia explicaron que recorren la Argentina buscando concientizar sobre autismo y construir una sociedad más amigable para las personas neurodivergentes.
“Las personas autistas también tenemos etiquetas como en los alimentos, pero en un alimento se puede ver lo que tiene, investigarlo. Con una persona no podemos hacer lo mismo. A una persona autista no la podemos investigar ni ver su contenido biológico, así que no vamos a encontrar el autismo en ningún lado, porque es una condición invisible”, sostuvi Ian en el tramo final de la charla. “Pero sí hay una forma, sin investigar nada: la empatía, la amabilidad, preguntar qué es lo que pasa, preguntar si estás bien. Para las personas es un camino difícil y a veces nos ponen otras etiquetas como ‘raro’, ‘loco’, ‘trastornado’. Sí hay otras etiquetas que nos representan: ‘exceso de pensamientos’, ‘exceso de camuflar los rasgos’, ‘exceso de hiperempatía’, ‘exceso de llanto, de ira, de frustración’. ¿Qué pasa con estas emociones? No son malas, pero en exceso nos hacen daño. Vamos a ser una sociedad más amigable cuando no importe si sos autista o no, que importe que sos una persona”.