Llama la atención y preocupa el estado de la plazoleta Teodoro Domínguez, una esquina prácticamente abandonada, ubicada en las cercanías de la capilla y del Centro de Atención Primaria de la Salud del Barrio Prado, que en los últimos años ha crecido mucho.
Los pastos altos, la falta de mantenimiento del predio en general, los juegos rotos que a esta altura no son más que hierros viejos y abandonados son otras de las tantas materias pendientes que tendrá que afrontar Francisco Ratto en su “segundo tiempo” al frente del Municipio porque esa pequeña plaza, que lleva el nombre del Intendente que fomentó el primer desarrollo de esa barriada, ha dejado de ser un espacio común de encuentro, reunión y de esparcimiento para el vecindario.
Como suele ocurrir, el gobierno y sus seguidores abrirán un amplio catálogo de excusas: que Durañona, que Alberto Fernández, que la provincia de Buenos Aires, que los vecinos que no cuidan las cosas, pero la realidad está a la vista de todos y ya es tiempo de comenzar a “tomar cartas en el asunto” como dice el antiguo dicho popular para mejorar en algo, en lo más simple si se quiere, la calidad de vida de los moradores del Barrio Prado.