En el carnaval de 2013 un puñado de muchachitos armaron la murga de River Plate. Fue una formación modesta, casi pura percusión, con una vestimenta más que sencilla con los colores rojos y blancos y una copa plateada que había construido Beto Ortiz, un antiguo carrocero que por ese entonces vivía en el barrio de la Plaza Belgrano, y que simbolizaba el campeonato de futbol regional que había ganado el club de la esquina de Alvear y Aristóbulo del Valle.
Para el año siguiente, de la mano del carismático Ezequiel Falcón, el crecimiento fue notable y la flamante murga, bajo el título de Nueva Roma, se quedó con el primer premio de la categoría, el mayor que otorgó el festejo que ese verano se llevó a cabo en el barrio de la Estación.
La rivalidad con la otra murga, El Galpón, cobró gran vibración, al punto que en cada febrero se convirtió en un atractivo clásico que fomentó la creación a la hora de elegir el motivo, motorizó los ensayos y sumó músicos, bailarines, artistas y familias enteras a una propuesta que cada día se volvió más popular en tiempos que el carnaval era una verdadera fiesta del pueblo.
En 2017 el grupo superó el centenar de integrantes y participó del desfile del Polideportivo con el nombre de Los Caballeros del Sirio y en el verano siguiente se alzaron nuevamente con el primer premio con Equitá Signori, llevando al corso un mensaje de fuerte contenido social.
A mediados de 2019 falleció Ezequiel Falcón en un accidente de tránsito. Fue un golpe muy doloroso para la murga (que ya había adoptado su denominación definitiva de Sirio) que despidió al joven murguero haciendo sonar su música en un acto conmovedor.
Después y a pesar de la tragedia, la Murga de Sirio fue perfeccionando su estilo, su coreografía, el ritmo de sus instrumentos y hasta 2022 continuó animando el carnaval arequero que lentamente se va apagando. Todos los que gustan de esta fiesta popular por excelencia están esperando su vuelta.