La Jarana se suma como un espacio cultural de encuentro. Inicialmente un taller literario, la propuesta se fue extendiendo y sumando otras disciplinas artísticas.
Días de Areco charló con Majo Migliore y Victoria Vergara del Pozo, impulsoras del proyecto.
“La Jarana es un taller literario que empezó en septiembre del año pasado. Justo estaba terminando la pandemia y Majo en ese momento estaba por un tiempo acá y se iba a ir a Buenos Aires, entonces armamos una propuesta de taller por los meses de primavera. Arrancamos en septiembre y al final se fue extendiendo, Majo se quedó a vivir en Areco y seguimos”, explica Vergara del Pozo.
Migliore y Vergara del Pozo enfatizan en que el concepto de La Jarana es juntarse, compartir y disfrutar de la literatura.
Vergara del Pozo detalla que “desde un principio la idea fue compartir lectura y escritura. Siempre trabajamos con un libro por mes, en un principio con novelas, luego con cuentos y ahora damos un salto gigante a trabajar con la Biblia. Trabajamos con un libro, analizamos una parte y después hacemos un ejercicio de escritura que son más juegos, algo que inspire para después escribir una consigna, un disparador para generar un texto para el siguiente encuentro. Tenemos un equipo hermoso que se entrega. En un momento, por ejemplo, planteamos un cuento de terror y apagamos las luces, pusimos música de terror y tenían que escribir en la penumbra con velas”.
A eso le sumaron también cine…
Migliore: “Lo que planteamos desde un principio fue hacer encuentros de lectura y escritura y a fin de mes ver una película y que ese encuentro tuviera un formato de varieté. Venían músicos a tocar, nada muy multitudinario porque todavía estábamos en pandemia. El primer mes que leímos Boquitas Pintadas vimos la película, después abordamos La China Iron, que fue un éxito. Como ese libro son dos mujeres que se van en una carreta, como película vimos Thelma y Louise, un cruce interesante sobre mujeres que se rebelan, que se van”.
¿Quiénes participan de La Jarana?
Vergara del Pozo: “Es muy variado el público. Hay muchos artistas: actrices y actores, músicos, músicas. Pero después también muchas profesiones y está buena la mezcla. Tenemos por ejemplo una mujer que está a cargo de una parrilla desde que era chica y tiene unas historias maravillosas que suman muchísimo al taller. Algunos médicos también que siempre se dedicaron a hacer talleres, la mayoría en Buenos Aires. Son todos muy lectores y hay mucha escritura”.
Hace un tiempo hicieron un evento, más abierto a la participación de la comunidad, que reunió una importante cantidad de gente.
M: “con las películas lo que notamos es que había una necesidad grande de encuentro, de quedarse charlando y por ahí dos horas viendo una película bajaba las ganas. Por eso nos pareció mejor cambiar el formato. Además este encuentro, tomar algo, comer, disfrutar, ya estaba en el taller de los viernes. Si bien el taller es de 20 a 22 hs, siempre nos quedábamos más tiempo charlando, un ratito más”.
VDP: “La mayoría de los que participaron ya se reunían en eventos más privados con alguna temática. Noche de tangos, Charly García, etc. Todos los que estaban ahí ya habían participado de alguna actividad antes y muchos de los que tocaron habían participado de las proyecciones que hicimos en La Jarana. Es algo que venía sucediendo, como un cierre más del taller. Lo importante es el taller los viernes y a eso podemos sumarle otras actividades”.