Emmanuel Zufiaurre, Investigador del CONICET y docente de la UNSADA, charló con Días de Areco sobre la Feria Agroecológica del Pago de Areco, una iniciativa que comenzó a fines del año pasado y que reúne a productores y consumidores cada quince días en el Parque San Martín.
“El viernes próximo es la edición número 15 de la feria. Empezamos en noviembre del año pasado y casi ininterrumpidamente cada 15 días tuvimos la feria en el Parque San Martín. Llegamos hasta acá ya consolidados. De hecho, tuvimos dudas si ahora en el invierno, cuando bajaba la producción, íbamos a continuar o parar hasta que venga el ciclo de primavera – verano que es cuando más producción hay en la zona. Sin embargo, fue un consenso de todos los feriantes y quienes organizamos la feria de continuarla justamente para consolidarla y que creo que es lo que estamos logrando”.
¿Cómo comenzó esta iniciativa?
“Esto era un proyecto de María de los Ángeles “Pipi” Russo que tenía ya hacia un tiempo y en simultáneo surgió una convocatoria desde la UNSADA para armar proyectos de extensión universitaria. En ese marco, entre la UNSADA y el programa Prohuerta de INTA armamos este proyecto que consistía en generar una feria de productores agroecológicos locales donde se vendan alimentos frescos para que se comercialice directamente desde el productor al consumidor, acortando de esa manera la las cadenas de comercialización. Además, el objetivo del proyecto era generar un espacio en el que se vinculen los distintos actores que hay en la sociedad respecto a la producción agroecológica. Logramos el aval a fines del año pasado y lo pudimos empezar a ejecutar. Hoy en día, Pipi, que fue la que pensó y organizó este proyecto, está participando quizás de una manera más indirecta porque en este momento no está trabajando en San Antonio de Areco, pero esperemos que sea transitorio y que pronto pueda volver a estar presente en la feria”.
Rápidamente encontraron que había muchas personas que producían a pequeña escala y querían vender sus excedentes…
“Cuando surgió la idea, en simultáneo empezamos a contactar gente que sabíamos que tenía ese interés o que le podía interesar la propuesta. Sobre todo, sabiendo que uno de los objetivos de la feria también es vender el excedente de lo que produce una persona o una familia que tiene una huerta o una pequeña producción en su casa o establecimiento. Empezamos a avisar y encontramos que incluso había gente que tenía la posibilidad de expandirse un poquito más en su terreno o sembrar algo ya pensando en la feria. Y así fue que pasó. Creo que hoy con unos 8 o 10 productores que van variando, pero siempre hay un grupo de personas estables que están permanentemente. Después, hay productores que en función de lo que tengan participan en esa edición de la feria”.
También es central el rol de la gente que va a comprar…
“En la producción agroecológica consideramos tanto al productor como al consumidor. Entonces, este espacio no es solamente un lugar en el cual el productor puede vender su producción, sino también el consumidor puede adquirir esos productos directamente de la persona que los está generando y encontrarse, hablar. Se genera un vínculo que quizás en otras maneras de comercialización no está. Eso creo que para los consumidores es una propuesta súper interesante, incluso nos llegan como comentarios de gente que quisiera que se haga más frecuente la feria o que se extendieran los horarios. La demanda está y crece de a poco. Además, estamos implementando ya desde la última feria la posibilidad de que en algunos comercios se pueda vender la producción que sobró de la feria. Es decir, termina el viernes, termina la feria, y lo que no se vendió o lo que sobró se puede vender en algunos comercios”.
¿La convocatoria a productores sigue abierta?
“Nos gustaría que cada vez haya más vecinos de la localidad que estén dispuestos a participar de la feria vendiendo sus productos, para lo cual incentivamos a que la gente, si tiene un pedacito de tierra en su casa, pueda hacer una huerta y tener algún tipo de producción agroecológica para después comercializarla en la feria. Incluso si no hay mucha producción, lo que hacemos es armar un puesto con producción de varias personas juntas. Siempre le buscamos la vuelta de manera que la gente no solamente pueda ir a comprar, sino también estimular la producción agroecológica”.