La inundación de diciembre de 2009 cambió la historia de nuestro pueblo porque fue como un antes y un después que afectó la vida de las personas que viven en la zona de la ribera (90 manzanas y más de 3000 vecinos quedaron literalmente debajo de agua) pero también alteró la marcha normal de la comunidad entera.
La magnitud del hecho promovió una cantidad enorme de profundos debates que convirtieron a San Antonio de Areco en un verdadero cabildo abierto para analizar y encontrarle una solución a un tema tan delicado.
Es por esa razón que vale la pena detenerse en un punto de la línea de tiempo que comenzó a transcurrir desde allí para ver cómo se fueron dando las cosas.
En abril de 2016 Concejales de Cambiemos (la denominación que llevaba en ese entonces la alianza doméstica entre macristas, vecinalistas y radicales), un pequeño grupo de vecinos y propietarios de campos (muchos de ellos terratenientes) se movilizaron para reclamarle a la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que abandonara la marcha del plan de obras en el Rio Areco vigente desde 2011 y que fundamentalmente dejara de lado la construcción de las retenciones aguas arriba (a la altura de los puentes El Quemado y Las Chañaritas) y el retiro de las compuertas y de la islita ubicadas frente a la zona más poblada del casco urbano.
Vidal, que había asumido al frente de la gobernación en diciembre de 2015, tomó como propios estos reclamos y se apartó del Plan de Manejo Hídrico redactado por la Consultora Sherman, que tras un exhaustivo estudio integral determinó la planificación de las obras hidráulicas en la cuenca del Rio Areco. El plan contaba con un consenso político – social como pocas veces se observó en la historia reciente de San Antonio de Areco.
Siguiendo la letra de dicho plan, a partir de febrero de 2010 y hasta diciembre de 2015, tiempo en el que gobernó la provincia Daniel Scioli y Estela Lennon y Francisco Durañona estuvieron como titulares del Municipio, se llevaron a cabo la limpieza y el ensanche de costas (con una inversión de 20 millones de pesos de la época), la ampliación del Puente Gabino Tapia (en 2012), el aliviador de ruta 41(en 2014) y el aliviador del Puente Viejo, un trabajo inaugurado en septiembre del 15 que realizó la empresa Usimix que luego debía continuar con las tareas hacía la ruta 8 con el retiro del balneario para despejar el paso del agua.
Tras la inundación grande de agosto de 2015 visitó el municipio Jorge Capitanich, Jefe de Gabinete del Gobierno Nacional que había comenzado a definir el proyecto de construcción de las retenciones aguas arriba que establecía el programa elaborado por Sherman.
Pero desde abril de 2016 el panorama cambió radicalmente ya que el Director de Obras Básicas de la provincia de Buenos Aires, Rodrigo Silvosa, comenzó a trabajar en nuevos lineamientos para la inversión en obras hídricas que apuntó a la ampliación de los puentes Norberto de la Riestra (sobre la ex ruta 8) y de la ruta provincial 41 y a un ensanche de las costas del rio en una extensión de 12 kilómetros aguas abajo.
Casi dos años más tarde y sin concretar ni un peso de inversión, Silvosa dejó su cargo pero continuaron la terea Luis Giménez, Ministro de Infraestructura y Servicios Públicos y Nancy Neschuk, Jefa del Departamento de Estudios Ambientales, que terminaron el nuevo diseño que sometieron a la consideración de una audiencia pública que contó con escasísima concurrencia al mismo tiempo que comprometieron el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para realizar los trabajos, promesa que naufragó cuando en mayo de 2018 el Presidente de la Nación Mauricio Macri tomó el millonario préstamo con FMI que lo obligó a un drástico recorte del gasto, especialmente en la inversión en obras públicas a las que prácticamente redujo a cero.
De todas maneras, en el último tramo de 2019 y en plena campaña electoral (lo que incluyó un tour propagandístico del actual Intendente Francisco Ratto con un puñado de vecinos caminando por la orilla del rio) la provincia comenzó las obras de movimiento de suelo sin contar con toda la documentación legal correspondiente ni con los convenios firmados con los propietarios de los campos para que las maquinarias ingresaran a trabajar en sus propiedades, lo que originó un fuerte conflicto que determinó que en marzo de 2020 todo quedara parado.
Desde entonces, las nuevas autoridades de la provincia de Buenos Aires (Axel Kicillof reemplazó a Vidal a fines de 2019) protagonizaron una intrincada negociación con los frentistas de los campos comprendidos en el proyecto de obra que se tornó eterna y que aún está resolviendo la Fiscalía General de Estado en la última etapa del proceso de expropiación.
Al mismo tiempo, los funcionarios bonaerenses están negociando con la empresa contratista Ecodyma (la misma que ejecutó la obra de canalización de la cuenta Este etapa II) para readecuar los montos estipulados hace casi cuatro años en medio de un período de alta inflación.
En tanto que la constructora JCR avanza en la autovía de Ruta Provincial 41 en el trayecto San Andrés de Giles – San Antonio de Areco que es una obra con un doble perfil, vial e hidráulico, que incluye la construcción de un puente de 170 metros de la largo sobre el Río Areco que va a mejorar sustancialmente el escurrimiento del agua favoreciendo la situación sobre todo de los moradores del barrio Don Pancho.