Más que baches, parecen dos cráteres: los pozos de Arellano y Fitte se profundizan día a día y no pareciera haber ni siquiera un intento de solución. El abandono de esa esquina es evidente: grandes baches ocupan gran parte del ancho total de la calzada y hacen difícil la circulación en auto, moto o bicicleta.
Pero al mal estado de la calle en sí debe sumarse la falta de iluminación de la zona, en especial en el tramo de Fitte que se extiende entre Zapiola y Arellano. El alumbrado público es mínimo, en un barrio que hace algunos meses sufrió una seguidilla de hechos de inseguridad que motivaron reuniones y reclamos de los vecinos.
Los baches de Arellano y Fitte no son una excepción en las calles de Areco. En cada barrio y zona, la falta de mantenimiento de parte de la gestión Ratto es evidente, más allá de los esfuerzos propagandísticos por intentar dar sensación de que se está haciendo algo. Sin respuestas a los problemas diarios del vecindario, el Municipio no logra mantener ni limpiar las calles con cierta regularidad, ni siquiera en pleno corazón comercial del pueblo.