Valentín De Blas es uno de los más destacados exponentes de una nueva camada de valores que asoman en nuestro fútbol de cada fin de semana.
El “Kiki”, como popularmente todos lo conocen, es categoría 2006, debutó entre los mayores en un clásico frente a Rivadavia, tarde en la que se retiró lesionado al término del primer tiempo y regresó con una estupenda actuación ante Robles.
Luis Lanzone, el actual entrenador de River Plate, ubica a De Blas en la derecha de una línea de cuatro volantes para aprovechar su generoso despliegue de energías que le permite recorrer toda la banda. Pero este gasto de aire y de pletórica vitalidad física le permite a Valentín sustentar otras de sus muchas virtudes: mentalidad ganadora, temperamento, ganas, un inquebrantable amor por el juego, buena pegada, capacidad para llegar al gol y una lectura del partido que ya va a ir mostrando con el paso del tiempo que le reportará acumular la maduración que todo futbolista requiere para consolidarse.
No hay dudas que con el “Kiki” De Blas estamos frente a un jugador de gran proyección, producto de la dedicación de muchos años de trabajo en los infantiles y en las inferiores del club de la Plaza Belgrano, que indica cuál es el camino correcto a seguir y que también alimenta una clara esperanza para el futuro de nuestro querido fútbol.