Juan Canaveri es un volante dinámico, de buena técnica, con aire para recorrer toda la banda, con condiciones de “robador de pelotas” por astucia, sin problemas de perfil porque se acomoda con facilidad para moverse por derecha o izquierda y que sabe ser un buen socio en el armado de juego ofensivo en un elenco de la banda roja que en las últimas fechas de este interrumpido Torneo Apertura fue repuntando en su nivel de rendimiento.
Si bien es cierto que Juan hace rato que se viene entreverando entre los mayores (su primeras apariciones fueron en 2017) recién ahora se está consolidando en Primera División y no siempre como titular porque por ejemplo José Gasparro lo utilizaba en el tramo final de los partidos para que con su explosivo cambio de ritmo fuera como un revulsivo para el conjunto. Pero ahora da la impresión que Luis Lanzone le está dando confianza para que se convierta en un hombre fijo en el mediocampo de la Plaza Belgrano.
Todo el pueblo futbolero de buena memoria debe recordar a Canaveri padre, que tenía una manera distinta de jugar que la que tiene su hijo porque era dueño de una gambeta habilidosa que le permitió destacarse en el poderoso cuadro de River Plate que ganó el título de 1998 junto a una constelación de grandes figuras de nuestra Liga Deportiva.