En el marco del ciclo de entrevistas motivadas por el 40° aniversario de la recuperación de la democracia, Días de Areco mantuvo una charla a fondo con Eduardo Jordán, que fue Intendente entre agosto de 2002 y diciembre de 2007.
Durante la interesante conversación, Jordán repasó los difíciles momentos económicos y políticos que derivaron en la renuncia de José Cames y sus primeros pasos al frente de la Municipalidad.
A lo largo de su gestión, Jordán primero normalizó la crítica situación que vivió la Municipalidad (en ese entonces la deuda con los trabajadores municipales llegaba a los tres meses de sueldo), pero también creó el consorcio para el mantenimiento de los caminos rurales y sentó las bases de un nuevo desarrollo de la actividad turística, medidas que le permitieron imponerse con amplitud en los comicios de octubre de 2003.
A mitad de la década del 90 el radicalismo hizo un recambio generacional como una segunda respuesta a un periodo que podríamos llamar como “Post Domínguez”…
“En 1995 el radicalismo perdió las elecciones con Beto Sorchilli y al otro año hubo internas en el partido. Fue ahí que ingresé en el comité radical como vocal. Después en el 99 José Cames fue electo intendente con un triunfo contundente en el contexto de una alianza que ya dos años antes había comenzado a trabajar. Recuerden que al mismo tiempo ganó en la provincia Carlos Ruckauf lo que abrió una etapa compleja”.
¿Qué pasó con José Cames, que en agosto de 2002 renunció a la Intendencia?
“Es necesario tener presente el panorama de esa época porque en realidad el período que va desde el 99 hasta el 2002, cuando se produjo la renuncia de José, fue un momento muy difícil a nivel nacional. Hay que recordar que en ese periodo pasaron seis presidentes. Eso tuvo su correlato en lo local que yo diría que fue algo dificilísimo porque además la situación laboral en Areco estaba muy complicada y eso repercutió en la recaudación del Municipio pero los gastos había que mantenerlos en medio de una crisis. En ese entonces pasamos de la esperanza que había generado De la Rúa a tener una cantidad enorme de clubes de trueque y de desocupados. La Municipalidad no era ajena a nada de eso. Para mí la renuncia de Cames se desencadenó por esa crisis que había a nivel nacional y provincial que en un momento llevaron a que José tomara esa determinación. Pelear con ese panorama no era fácil”.
Cuando usted asumió como Intendente en reemplazo de Cames, finales de agosto de 2002, la deuda con los trabajadores municipales era de tres meses de sueldo…
“Me acuerdo claramente cómo fuimos planteando ese tema con los trabajadores porque era la situación más difícil que se manifestaba en el pueblo. En realidad hasta se debían horas extras desde la gestión de Fabio Sorchilli por eso hay que mirar todo el contexto crítico de esos años. La deuda en sueldos era de tres meses pero a los concejales y funcionarios se le debían seis. Dentro de esa deuda, que era mayor todavía, también estaban los médicos del Hospital Zerboni. La primera medida fue tratar de garantizar una forma de pago porque eso repercutía en el comercio pero que además le diera confianza al trabajador de que iba a recuperar esa deuda que significó hacer pagos cada 20 días porque pagábamos un mes y un adelanto de lo que estaba atrasado. Ponernos al día nos llevó un tiempo largo, importante. Después vino la cuestión de la deuda de horas extras y finalmente, ya en 2003, pudimos empezar a trabajar con algún tipo de recategorizaciones. Además hay que tener en cuenta que teníamos un gabinete chico, con Horacio Viganego, Gabriela Morrow, Amanda Pazzaglia que estuvo al principio, y más adelante recién se fueron incorporando funcionarios que en muchos casos eran empleados municipales de carrera como los casos de Patricio Santos Ortega y Alfredo Salcedo porque no había recursos para más. Estela Lennon era concejal y nos daba una mano enorme en desarrollo social y por supuesto que ad honoren hasta que en 2003 se hizo cargo de la secretaría. Era un contexto donde tampoco se podían tomar medidas muy fuertes porque la situación en general estaba muy mal y recién pudimos hacer un pequeño aumento de tasas a finales de 2002 en un acuerdo con el Concejo Deliberante donde estábamos en minoría y había que buscar un consenso para cada medida”.
En ese tiempo crearon el consorcio para el mantenimiento de caminos rurales que estaban prácticamente intransitables…
“Armamos el consorcio de camino rurales porque además del atraso en los sueldos, que como dije era fundamental, también había que seguir gestionando y dar respuestas para que funcionaran el hospital y la producción pero los caminos estaban muy mal, la maquinaria municipal era muy mala y la recaudación de tasas era muy baja. Ahí hicimos consultas a otros municipios sobre el tema y vimos que unos cuantos trabajan con estos consorcios. Me acuerdo que presentamos un paquete de medidas que incluían este consorcio, una moratoria, el permiso para que los deudores del municipio pagaran en especies y la creación de un ente de turismo, que finalmente no se aprobó. Así nació el consorcio de caminos rurales que hicimos con ARPA y con la coordinación de Enrique Kelly pudimos hacer un programa de trabajo con los pantanos que funcionó muy bien y se pudo sacar la cosecha. Ahí se empezó a ver un cambio”.
En octubre de 2003 usted ganó holgadamente las elecciones, por una diferencia de 10 puntos, y gobernó cuatro años más. ¿Ese objetivo, ser reelecto, estuvo presente desde el primer momento de su gestión?
“En esto tengo que ser muy honesto porque el triunfo de 2003 fue una consecuencia pero no un objetivo buscado. Fue la consecuencia de haber logrado resolver situaciones muy difíciles. Se tienen que acordar que ese año las elecciones se hicieron por separado porque primero en abril se eligió presidente y después, en octubre, se eligieron gobernador e intendente. Yo decidí ser candidato porque pensé que no había que quemar a otra persona porque la verdad es que no veníamos bien y recién estábamos saliendo de una gestión muy difícil. Lo que se pudo hacer a finales de 2002 y en 2003, que era poner al gobierno municipal en las mejores condiciones posibles para normalizar la situación, ordenada para la próxima gestión nos fue llevando hasta las elecciones para poder consolidar todo eso. Claro que esto no lo hice yo solo, sino que hubo mucha gente detrás de la que no me debo olvidar”.
En ese periodo político y económico tan difícil que está describiendo, años 2002, 2003, fueron las bases para el inicio de una nueva etapa de desarrollo del turismo que se mantiene vigente hasta hoy…
“En el momento que asumí como Intendente había cosas que eran urgentes pero también teníamos que pensar qué hacer con las otras cosas. Una de ellas era como generar recursos y en el turismo era donde teníamos una fortaleza con los artesanos y mucha mano de obra que estaba ociosa pero que podía trabajar en gastronomía, en hotelería. Había muchos productos regionales que se podían vender. Por eso trabajamos mucho con el área de turismo de la provincia de Buenos Aires poniendo a San Antonio de Areco como un lugar de destino turístico. Primero apuntamos al fin de semana, porque la economía ya había mejorado y luego al cambio del dólar que nos favorecía. En ese momento empezaron las inversiones privadas y volvimos a participar de las ferias de turismo junto a los prestadores lo que le dio un impulso grande a la actividad que después no se cortó más”.