Anoche, ante cerca de 500 espectadores que colmaron las tribunas del centenario estadio Enrique Fitte, Huracán le ganó 3 a 1 a San Patricio el clásico que cerró la tercera fecha del Torneo Clausura que organiza la Liga Deportiva. Tomás Risso, que certificó que es un goleador letal, anotó los tres tantos del elenco de la Plaza Gómez.
El equipo que dirige Juan Rivero dejó en claro que la derrota ante Independiente fue solo una actuación en falso, seguramente porque todavía retumbaba en la mente de sus jugadores el eco de la reciente consagración, y ante San Patricio, un rival de jerarquía, recuperó el nivel de rendimiento que le permitió ganar sin discusiones el primer torneo oficial de la temporada.
Huracán se mostró muy sólido en el fondo, fue intenso para presionar en el medio, armó un bloque defensivo denso, difícil de penetrar, fue muy peligroso en ataque combinando la movilidad cargada de potencia de Marcos Camargo con la certeza en la definición de Risso y la mejor manera de sintetizar un concepto sobre el cotejo de ayer es que la mayor parte del tiempo se jugó como quería el Globito que construyó una victoria que no admite discusiones.
Si entramos en el plano de los nombres propios, el regreso de Ramón Basombrío le dio al cuadro rojinegro más prestancia en el lateral derecho y el otro retorno, el de Nicolás Mendizábal, también fue clave porque trabajó con gran dinámica delante de una línea de 4 que estuvo muy firme gracias a la tarea de los zagueros Ramiro Lavignole y Felipe Novillo, que jugó en su puesto natural de central.
La vuelta de Mendizábal le permitió a Joaquín Sills ir a presionar bien alto, sobre el mismo arranque de San Patricio para interrumpir la salida limpia de Nicanor Basavilbaso y Federico Menconi en tanto que Facundo Filipelli y Pedro Basombrío fueron dos pistones, que subieron y bajaron sin pausas por las bandas para acompañar a un Camargo que jamás se quedó quieto y a un Risso contundente frente al arco contrario, tanto que en 24 minutos ya había anotado dos goles.
Ante la ausencia de Pedro Cairo, Germán Mangieri optó por juntar a Juan Bolea con Federico De Rosa para armar una pareja de enganches para abastecer a Manuel Blanco que se movió como un 9 más clásico pero saliendo sobre la izquierda para aprovechar las espaldas del mayor de los Basombrío. Con esa fórmula inquietó en un puñado de ocasiones al seguro Juan Cicarella.
Al margen de la derrota, San Patricio tuvo dos méritos destacables. Uno de ellos es que nunca resignó su estilo de juego, de pelota bien tratada a partir de la jerarquía que transmite desde la cueva el capitán Basavilbaso y la inteligencia táctica de Matías Pigretti. La otra virtud fue que a este fútbol prolijo le agregó una buena cuota de amor propio y coraje para cercarlo a Huracán contra su propia área, situación que tornó vibrante una contienda de gran calidad futbolística y a los 30’ del complemento Juan Bolea lo puso a tiro del empate cuando clavó un derechazo violento en el arco que da espaldas a la calle Fitte.
El último cuarto de hora fue muy emotivo porque a los 33’ Valentín Griguelo, que había reemplazado a Filipelli, literalmente voló por derecha y lo detuvieron con un penal que Risso ejecutó con pasmosa tranquilidad, picando el balón como el uruguayo Abreu en el Mundial 2010 frente a Ghana y le puso la chapa a una victoria nítida del Globo que su público festejó con alegría.
A San Patricio, que nunca bajó los brazos para vender cara su derrota, no le alcanzó con el empuje de Francisco Simionato que no paró de subir por su lateral con la fuerza de un toro, ni con la garra de Renzo De Lellis ni tampoco con las inclusiones de dos hombres más ofensivos como Lisandro Gignat y Tobías Lercaro y en el último hilito de vida que le quedaba al partido se quedó sin Blanco que vio la tarjeta roja.
Huracán: Juan Cicarella (6); Ramón Basombrio (7) (después Mateo Cicarella), Ramiro Lavignole (8), Felipe Novillo (6) y Marcos Jové (6); Facundo Filipelli (7) (más tarde Valentín Griguelo 7), Nicolás Mendizábal (8) (luego Nicolás De Felice), Joaquín Sills (7) y Pedro Basombrío (7) (sustituido por Juan Segundo Rossi); Marcos Camargo (8) (reemplazado por Ezequiel Heredia) y Tomás Risso (9). DT: Juan Rivero.
San Patricio: Brian Rivello (6); Pedro Cóncaro (5) (después Lorenzo Vidal), Nicanor Basavilbaso (7), Renzo De Lellis (7) y Francisco Simionato (7); Matías Pigretti (7), Federico Menconi (6) (sustituido por Carlos Bolea), Martín Gignat (6) (luego Tobías Lercaro), Juan Bolea (7) y Federico De Rosa (6) (más tarde Lisandro Gignat 6); Manuel Blanco (6). DT: Germán Mangieri.
Goles: 9’, 24’ y 78’ Risso (H), 75’ Bolea (SP).
Juez: Walter López.
Expulsado: 89’ Blanco (SP).
Público: 500 espectadores.
La Figura: Tomás Risso (9) de Huracán.
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