Anoche, ante cerca de 350 espectadores, Huracán la ganó 1 a 0 a Rivadavia en una nueva edición del clásico más antiguo de nuestro fútbol que cerró la undécima fecha del Torneo Apertura 2024. A pesar de la derrota, el elenco de la avenida Vieytes clasificó en el octavo puesto para los cuartos de final y el Globito, con 19 unidades, terminó tercero en la tabla de posiciones detrás de San Patricio y Capilla.
Fue un muy buen partido porque fue parejo, tuvo ritmo, emociones, alternativas cambiantes en su desarrollo y unas cuantas actuaciones individuales destacadas.
Rivadavia hizo circular la pelota con mayor prolijidad y armó la salida desde el mediocampo con maniobras más elaboradas. En cambio el conjunto de la Plaza Gómez, en lo que podríamos denominar como una confrontación de estilos, fue más vertical, más directo para atravesar la raya central.
El equipo de Damián Scarano tuvo como eje de esa circulación de balón a Laureano Leguizamón, que compartió la tarea de doble 5 con el experimentado Nicolás De Renzo, pero encontró buenos socios en las proyecciones por la banda derecha del otro Leguizamón que viste la casaca panzanegra, Bautista, en el tranco largo de Tomás Martínez, que jugó de 8, en el zurdo Matías Oyanguren, que se movió por izquierda y en el retroceso de Joaquín Hernández, que revoloteó por todo el frente de ataque mientras que Tomás Gallardo, con sus piques centellantes, fue la referencia ofensiva.
El cuadro que dirige Juan Rivero contó con el regreso de Ramón Basombrío, que se plantó de 4 y la firmeza de Felipe Novillo ubicado como segundo marcador central formando pareja con Ramiro Lavignole más la asistencia de Nicolás Mendizábal que patrulló de manera incansable la zona central para proteger a sus defensores mientras que Joaquín Sills salió a apretar un poco más arriba. Tanto el mayor de los Basombrío como Marcos Jové fueron salida permanente por las rayas y se sumaron a Pedro Basombrío y a Diego Arce que completaron un cuarteto de volantes muy dinámico y metedor. Tomás Risso y el mercedino Marcos Camargo integraron una inquietante dupla de delanteros netos que demandó la atención constante de Tomás Di Filippo, Román Sánchez y Valentín Griguelo.
Rivadavia hizo tres cambios al arranque del segundo tiempo. Alejandro Luque, Diego Ponce y Andrés Tijerath ingresaron por el lesionado De Renzo, Oyanguren y Griguelo pero además el entrenador cambió el dibujo táctico y quedó con tres hombres en el fondo.
Al minuto de ese complemento, Juan Cicarella, la figura del encuentro, le atajó de manera notable un penal a Hernández que pudo haber cambiado el rumbo de la pequeña historia de este duelo que fue ganando en vibración a cada instante.
A pesar de haber fallado el penal, Hernández no se cayó anímicamente y buscó la sociedad con Luque, que arrancó como un 9 retrasado y con el Chinito Leguizamón que siguió siendo la manija del equipo pero el Globito estaba sólido en la retaguardia y no dejaba espacios para las corridas de Gallardo.
En Huracán creció la labor de Mendizábal para dar el combate en torno al anillo medio, Sills calibró mucho mejor la presión y robó unos cuantos balones importantes, Camargo se tiró a las puntas y a los 17’ Risso le sacó provecho a un descuido del golero Del Osa para anotar el 1 a 0 que sería definitivo.
Como ya San Antonio había perdido ante Capilla, Rivadavia sabía de antemano que estaba en los cuartos de final pero lo mismo que Huracán, igualmente ambos jugaron por el honor, por el orgullo de defender los colores que llevan en el pecho y ese es el motor principal que mueve la pasión insuperable por nuestro querido fútbol.
Cerca del epílogo de la contienda, Luque estrelló un tiro libre en el travesaño y los de la Plaza Gómez no pudieron enhebrar con claridad un par de respuestas porque Di Filippo se fue de punta a intentar un cabezazo salvador y el fondo panzanegra se desordenó por completo con Del Osa parado como líbero y acaso como único recurso defensivo.
Huracán: Juan Cicarella (8); Ramón Basombrío (6) (después Facundo Filipelli), Ramiro Lavignole (6), Felipe Novillo (7) y Marcos Jové (6); Diego Arce (6) (luego Valentín Griguelo), Nicolás Mendizábal (8) (sustituido por Nicolás De Felice), Joaquín Sills (6) y Pedro Basombrío (6) (reemplazado por Lautaro Echeverri); Tomás Risso (7) y Marcos Camargo (7). DT: Juan Rivero.
Rivadavia: Tomás Del Osa (5); Bautista Leguizamón (7), Tomás Di Filippo (6), Román Sánchez (6) y Valentín Griguelo (6) (más tarde Alejandro Luque 7); Tomás Martínez (6), Laureano Leguizamón (7), Nicolás De Renzo (5) (reemplazado por Diego Ponce 5) y Matías Oyanguren (6) (luego Andrés Tijerath 6); Joaquín Hernández (6) y Tomás Gallardo (7). DT: Damián Scarano.
Gol: 63’ Risso (H).
Juez: Luis Flores.
Público: 350 personas.
La Figura: Juan Cicarella (8) de Huracán.
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