Hannover, el emprendimiento de alfajores artesanales de Joel Fallet y Jésica Bernhardt, abrió su propio local de venta al público.
Tras varios años de ofrecer su producción en ferias y eventos, ahora tienen su espacio propio en calle Alsina casi General Paz y a su amplia variedad de alfajores le sumaron bombonería artesanal.
”La verdad que estamos muy contentos, porque era algo que veníamos buscando. Si bien teníamos algunos lugares en vista, se dio la posibilidad acá en el centro, a una cuadra de la plaza, en una ubicación que creo que es de privilegio”, destacó Fallet.
¿Cómo surgió el proyecto de tener el local y de sumar chocolatería?
“Tuvimos siempre la intención de desarrollar la parte de chocolatería. Ahora en el local, además de los alfajores que tenemos cerca de 22 variedades en total, sumamos chocolatería, que se compone en este momento de tres elementos. Por un lado tenemos las barritas que normalmente vienen de chocolate con un fruto seco, después los medallones con el mismo chocolate, pero con variedad de frutos secos porque tenemos con arándanos, con pistacho y con almendras y después viene lo más destacado, lo más premium, que es la parte de bombonera que son bombones rellenos. Lo notable es que son temáticos y se les hace una película de recubrimiento que cuando los ves, parece que brillan”.
¿Cómo desarrollaron la chocolatería?
“Todo lo que es la chocolatería es desarrollo de Jésica Bernhardt, mi esposa y socia. Ella ha ido trabajando, preparándose y especializándose para sacar algo que tenga nuestra propia impronta, que tenga un estilo propio. Acá me saco el sombrero, porque esta parte de Hannover la desarrolla ella”.
De todas maneras, el fuerte siguen siendo los alfajores, con gran cantidad de variedades…
“En estos días descuidamos un poco en la producción en cantidad de alfajores por dos razones. Primero que todavía estamos en temporada baja y segundo que estamos haciendo nuestra primera experiencia como local, de venta diaria, porque hasta ahora nuestra mayor fuente de ingresos provenía de los eventos que de hecho continuamos y ya estamos anotándonos para participar en un montón de ferias y encuentros. Eso va a seguir, me voy a encargar más yo y Jesi por ahí se va a ocupar más del manejo del local, todo con el equipo que se va formando porque ahora ya no somos solo dos, hay gente que se está acoplando y eso es muy, muy importante para el desarrollo de cualquier empresa. Eso nos pone muy contentos, tenemos un 2025 lleno de desafíos y de ilusiones”.
¿Fue un desafío animarse a tener este local?
“Las industrias o los negocios en general en Argentina tienen cada tres años una confrontación con el mercado y con la vida misma de la empresa en la que tienen que tomar una decisión determinante, si la empresa continúa o si se disuelve por distintas razones. Lamentablemente, en Argentina tenemos una mortandad empresarial a una temprana edad de casi un 95%. ¿Qué nos pasó a nosotros? Llegó nuestro tiempo de los tres años, tuvimos que tomar una decisión y fue redoblar la apuesta, sacar recursos donde no teníamos, tomar deuda, hacer lo necesario para poder fortalecernos. Queríamos atravesar esos tres años y formar parte de ese pequeño porcentaje de empresas que van a permanecer, establecerse y seguir creciendo. Eso es algo que también nos llena de orgullo propio, saber que pudimos pasar ese momento y apostar a lo que viene”.
Hace ya muchos años que te dedicás a la producción de alfajores…
“Todo empezó con tesina para recibirme de la carrera de comercio internacional donde pude ver las posibilidades que abre un producto tan simple como son los alfajores, pero que tiene un impacto muy importante en la economía argentina. A nivel mundial, Argentina está consagrada como productora y consumidora número uno de alfajores. Cuando vi eso, decidí que quería ser parte, así es que empezamos. El otro día estábamos hablando con mi mamá y me decía que se acordaba de cuando empecé con una ollita y una espátula a hacer y bañar alfajores. Todo esto me da un poco de emoción, ver hoy el resultado de ese trabajo. A veces el cansancio hace que uno no se dé cuenta de las cosas, pero después mirás para atrás y ves el resultado y eso reconforta. Cuando la gente viene, compra y se va contenta, eso es lo que más nos interesa. Por supuesto que esto es un negocio, una empresa, pero nos motiva mucho más el hecho de que la gente se vaya contenta”.