Ayer, ante una verdadera multitud, San Patricio le ganó 2 a 0 a Rivadavia el encuentro de ida por la final del Torneo Clausura 2023 que organiza la Liga Deportiva.
Cerca de 1300 espectadores colmaron las tribunas del centenario Estadio Enrique Fitte. Las dos hinchadas (a los de Rivadavia les tocó el sector que da espaldas a la calle Pellegrini) llevaron banderas, camisetas, bengalas de humo, percusión y le dieron al cotejo un marco popular, colorido y cargado de folklore futbolero a la altura de la historia de esta rivalidad que está a punto de cumplir 40 años de vida.
El equipo de Damián Scarano (que volvió a padecer la ausencia del lesionado Joaquín Hernández) sorprendió a todo el mundo porque desde el minuto 0 ejerció una intensa presión que encerró a San Patricio en su propio campo. En cinco minutos Rivadavia tuvo 3 tiros de esquina a favor y entre Francisco Simionato y Brian Rivello tuvieron que cortar con una fuerte infracción en la puerta del área una veloz entrada de Tomás Gallardo.
En ese lapso, el elenco panzanegra logró imponer su dinámica y le imprimió a las acciones un ritmo vertiginoso. En el fondo, Andrés Tijerath quedó como último hombre mientras que Diego Ponce y Román Sánchez se encargaron de la marca de Pedro Cairo y Diego Pollier. Bautista Leguizamón y Facundo Tarchini subieron por los laterales para engrosar una mediacancha superpoblada con la experiencia de Nicolás De Renzo (el capitán jugó en una pierna y debió dejar la contienda al término del primer tiempo), el tranco largo de Tomás Martínez y la movilidad de Valentín Griguelo, que arrancaba con gran determinación por el callejón del viejo número 10. Matías Oyanguren se movió con libertad, flotando cerca de Gallardo.
San Patricio, que concretó un trabajo colectivo impecable a lo largo de toda la tardecita arequera, absorbió sin desesperarse ese comienzo a todo tren de su adversario y a los 11 minutos quebró la presión asfixiante panzanegra con una maniobra magistral que inició Cairo con un pase notable para la velocidad de Pollier y que concluyó Federico De Rosa con un toque de zurda que venció a Ramiro Ciaffardini.
Sin bien Mateo Alonso fue el que más cerca estuvo de Gallardo, el plan de German Mangieri fue tomar en zona al escurridizo centrodelantero y a la larga ese planteo, que además de los 4 zagueros contó con la presencia permanente de Federico Menconi para fortalecer el bloque defensivo, le dio óptimo resultado porque el rendimiento defensivo fue sumamente eficiente.
Hasta los 35 minutos de la primera etapa, Rivadavia cargó con el protagonismo principal pero lentamente el cuadro verde amarillo fue entrando en escena para llevar el juego al plano que más le convenía al punto de convertirse, sobre todo en el complemento, en un justo ganador.
Emanuel López y Simionato estuvieron firmes en sus laterales pero además se mostraron como salida clara cada vez que tuvieron la oportunidad. De Rosa hizo un gran esfuerzo en la pelea por equilibrar la lucha en torno al círculo central, donde Rivadavia tenía más gente. Juan Bolea jugó de 8, bien recostado a la derecha y le costó 45 minutos encontrarle la vuelta a la posición pero en la segunda mitad hizo pesar su talento en unas cuantas intervenciones. Manuel Blanco trabajó a destajo por el carril izquierdo, bajando para colaborar en la marca hasta las cercanías de Simionato pero sin dejar de acompañar arriba, a un Cairo inteligente, fuerte físicamente, que bajó para aguantar la pelota y lanzar envíos largos para el inquieto Diego Pollier, que generó problemas con sus corridas veloces.
La salida de Nicolás De Renzo resintió el andar panzanegra porque es una pieza vital por todo el fervor que transmite. El ingreso de Nahuel Gutiérrez, que se paró de lateral izquierdo, obligó a modificar el planteo táctico inicial con Griguelo de doble cinco, al lado de Martínez, que fue el mejor valor de Rivadavia que optó por armar un 4 – 4- 2 más neto, con Oyanguren de punta como socio de Gallardo.
Pero a esa altura de los acontecimientos San Patricio se había afirmado atrás, con el oficio de Nicanor Basavilbaso organizando todos los movimientos, y hacía correr el balón con fluidez entre sus hombres, la mayoría dueños de una exquisita técnica, para neutralizar el empuje de su fervoroso contrincante.
Cuando parecía que la pujanza de Sánchez, la garra de Ponce y de Tijerath, la vitalidad de Martínez y la inteligencia de Oyanguren arrimaban a Rivadavia hasta el área que da espaldas a la calle Fitte, a los 23’ Bolea armó una acción profunda que definió Blanco con un zurdazo alto y cruzado para sellar el 2 a 0, que fue inamovible hasta la postrera pitada del árbitro mercedino Javier Mihura.
San Patricio: Brian Rivello (6); Emanuel López (7), Nicanor Basavilbaso (6), Mateo Alonso (6) y Francisco Simionato (7); Juan Bolea (6), Federico Menconi (7), Federico De Rosa (6) y Manuel Blanco (6) (más tarde Martin Gignat); Diego Pollier (7) (después Juan Lofredo) y Pedro Cairo (7). DT: Germán Mangieri.
Suplentes: Segundo Scarano, Cesar Núñez, Juan Pablo Maggio, Matías Pigretti y Tobías Lercaro.
Rivadavia: Ramiro Ciaffardini (6); Diego Ponce (6), Andrés Tijerath (6) y Román Sánchez (6); Bautista Leguizamón (6), Nicolás De Renzo (6) (reemplazado por Nahuel Gutiérrez 5), Tomás Martínez (7), Valentín Griguelo (6) y Facundo Tarchini (5) (luego Rodrigo Leguizamón); Matías Oyanguren (6) y Tomás Gallardo (6). DT: Damián Scarano.
Suplentes: Tomás Del Osa, Matías Petit, Martín Romero, Genaro Ríos y Joaquín Hernández.
Goles: 11’ De Rosa y 68’ Blanco, ambos para San Patricio.
Juez: Javier Mihura.
Público: 1300 personas.
La Figura: Emanuel López (7) de San Patricio.