El pesebre viviente de la Plaza Gómez tuvo ayer su edición número 30, organizado como siempre por vecinos del barrio y con la participación de niños, jóvenes y adultos. La jornada de celebración comenzó con la misa criolla a cargo de la Orquesta Municipal “Entre Soles y Bemoles” de San Andrés de Giles junto al Coro Polifónico Municipal también de la vecina localidad y con canciones de Navidad a cargo del coro de la Parroquia San Antonio.
Después sí fue el plato fuerte, la representación del pesebre viviente a cargo de vecinos de la Plaza Gómez de todas las edades, desde un bebé casi recién nacido como Jesús hasta los adultos como paisanos y pastores y acompañando a los niños, pasando por María, José y los Reyes Magos. Además, el maestro Adolo Colombo Mosetti tocó en vivo una huella, para incorporar las danzas arequeras al cuadro y el joven Isidro Tolaba Smith también aportó su música en violón. Este año, la narración de toda la representación estuvo a cargo de Miguelangel Gasparini.
Para celebrar que el pesebre viviente cumplió 30 años desde su primera edición, estuvieron presentes y recibieron reconocimientos algunos de los encargados de encarnar al niño Jesús en estas tres décadas. También se exhibieron en la plaza, especialmente decorada e iluminada para la ocasión, fotos de la historia del pesebre.
“Creo que empezamos a organizar esta edición allá por julio o agosto, fue mucha preparación”, contó tras la presentación Susana Simón, vecina de la Plaza Gómez y parte del grupo organizador. “Si bien el pesebre es el nacimiento de Jesús y es eso lo que queremos transmitir, le fuimos agregando otras cositas y salió genial”.
Y destacó que “la Negrita Reposi es el eje, la que arrancó todo. Ella dice que este fue su último pesebre, pero no la vamos a dejar. Yo me incorporé hace menos tiempo y es un grupo hermoso, estamos muy emocionados con lo que logramos”.