Al contrario de lo que muchos pueden imaginar, el primer homenaje institucional a Ricardo Güiraldes, el poeta fallecido en París en 1927, fue promovido por un gobierno de la Unión Cívica Radical que convocó a una comisión especial para financiar los costos necesarios para concretarlo. Esta fue una iniciativa del Senador Gabino Tapia que entró en funciones en enero de 1928 y así fue que el 12 de octubre de 1929 se inauguró el monolito en memoria del autor del Don Segundo Sombra, una obra del escultor Calderara, erigida al pie del Puente Viejo.
Esa tarde de finales de la década de 1920, 250 jinetes encabezados por Don Segundo Ramírez desfilaron a la orilla del Rio Areco ante la nutrida presencia de delegaciones de las escuelas e instituciones del pueblo, que acompañadas por la banda municipal de música y las autoridades políticas se dieron cita en el lugar.
A la hora de los clásicos discursos hablaron Oscar Laclau (Presidente de la Comisión de Homenajes), el concejal Pedro Marconato, el profesor Augusto Lilledal (en representación del gobernador de la provincia, Valentín Vergara), Álvaro Melián Lafinur (del diario La Nación) y cerró la lista de oradores el señor Sánchez Roulet, miembro de la revista Humanidades de La Plata.
La empresa Ferrocarril Central Argentino dispuso un viaje de tren especial para la ocasión que partió desde la estación Retiro.
Inicialmente esta inauguración estaba pensada para el 9 de julio pero se debió cambiar de fecha debido al mal tiempo.
En esa misma jornada, por decisión del Concejo Deliberante, se le colocó el nombre de Ricardo Güiraldes al camino que pasaba entonces por el monte de Laplacette y la pulpería La Blanqueada, casi una década antes de la apertura del Museo Gauchesco y Parque Criollo.