Durante 2022, el Galpón Chamico siguió consolidándose como espacio cultural autogestivo. Con espectáculos, talleres y hasta actividades deportivas, el Chamico se volvió un elemento central en el circuito cultural arequero.
Tomás Pérez Rocha, integrante del colectivo detrás del Chamico, habló con Días de Areco sobre la actualidad del proyecto.
“Ha sido una cantidad de actividades muy grande. Hubo meses enteros en los que tuvimos propuestas cada fin de semana, sumado a los talleres regulares. Ha habido seminarios de teatro, de música, de elongación, además de talleres que han sido cuatrimestrales y de todo el año. Tuvimos skate, palo chino, la Orquesta Cuerdas de Estación. El Chamico se ha usado como espacio de ensayos y espectáculos, para muestras también”, detalló el músico.
Pérez Rocha destacó que “todo es autogestivo. Ha habido subsidios también. Salimos nuevamente seleccionados en el programa Gestionar Futuro y el año pasado también tuvimos aportes del Fondo Nacional de las Artes para la orquesta, lo que permitió comprar atriles, cuerdas, elementos que quedaron para el espacio. A nivel estatal hemos podido aprovechar programas y fondos, eso sirve mucho”.
El Chamico ha tenido un importante crecimiento, sobre todo luego de la pandemia: “ya veníamos con actividades y durante la pandemia no aflojó. Seguimos con encuentros virtuales, luego con otros con protocolos. Fuimos generando un público y construyendo las cosas que hacían falta para el espacio: los baños, la instalación eléctrica, el agua, las salidas de emergencia. Ahora estamos viendo los frutos de ese trabajo. En cada evento del Galpón Chamico aparece gente que nunca fue. Cada vez que se abre el espacio, llega gente que es la primera vez que va y eso hablar del crecimiento progresivo. El espacio está entre las vías del tren, entre fábricas, pero uno entra y se da cuenta que algo pasa, que hay una magia”.