El reconocido músico Felipe Miranda reflexionó para Días de Areco sobre el significado cultural y social que tiene el show que cada 1° de enero presenta La Furia y al que asiste una verdadera multitud de vecinos para recibir el año que comienza.
Para saxofonista, que también integra la agrupación Piel Canela, ese evento no es de La Furia sino que lo hace el pueblo.
La presentación La Furia en la madrugada de cada 1° de enero se convirtió en un clásico para gran parte de la comunidad de San Antonio de Areco…
“Lo lindo es que el evento en sí ya escapa a La Furia. No es que La Furia es el evento sino que lo hace el pueblo porque no sería nada si primero no hubiéramos sido 200, después 300, 1000, 2000, 4000 personas y eso es la fiesta. Esto escapa a nosotros y no podríamos no hacerlo porque nos irían a golpear la puerta de nuestras casas. La gente va, no solo porque le gusta ver la banda sino porque le gusta estar con otro montón de personas, al aire libre, recordando lo que pasó y soñando con lo nuevo que está por venir”.
Es un espectáculo grande pero de organización autogestiva por parte de la banda, lo que podríamos definir como un encuentro popular…
“En los dos últimos años estuvimos un poco cortos por la manera en que subieron los precios y no llegábamos con el dinero que habíamos juntado. Entonces hicimos una colecta virtual y sin decir números, la gente fue muy generosa con la banda. Estamos hablando que solo el sonido que necesitamos cuesta mucho dinero. Nosotros no pensamos en el rédito monetario, porque no nos interesa. Todos nos dicen ‘armen una cantina’ o esto o lo otro pero ese no es nuestro interés, para nada”.
¿Debaten, discuten estos temas entre los integrantes de la banda?
“Al arte es imposible sacarlo de la política, de la discusión permanente y tampoco se lo puede apartar de la creación, que es algo que debe ser constante. No se puede separar el proceso artístico de los sentimientos y de la vida misma”.