Mantener limpio el cauce del río debería ser una tarea primaria sobre todo pocos días después de una inundación grande que nuevamente afectó a un número significativo de vecinos de la costanera.
Con las compuertas abiertas al 100% y con el nivel del agua totalmente bajo, se pueden observar sobre el lecho ramas, árboles, botellas, piedras, troncos, plásticos que luego obstruyen el paso del río que en muchos casos bloquean las compuertas y el canal que está frente al Parque San Martín.
A finales de la década del 60, en las cercanía del inicio de la temporada de verano empleados municipales se encargaban de hacer esa limpieza pensando en la inundación pero también en el aspecto de una zona balnearia que se estaba consolidando y que era además unos los principales atractivos para el turismo, una actividad que se intentaba fomentar con fuerza.
A principios de este siglo XXI el por entonces intendente José Cames creó la Guardia Ecológica que permanentemente patrullaba el río para mantenerlo limpio pero además intentando mejorar la calidad ambiental.
Durante unos cuantos años Mario Bucciarelli, con la colaboración de Osvaldo Echegaray, armaron un equipo tal vez modesto, con un Jeep, un tractor de modelo antiguo y herramientas para hacer un trabajo diario que se extendió a lo largo de varios años.
Con el paso del tiempo se desarmó la Guardia Ecológica y se perdió la costumbre de limpiar el río salvo después de una creciente que deja en la superficie esta falta de cuidado y recién allí se publicitan videos y fotografías por las redes sociales de cuadrillas de trabajadores armadas de urgencia sacando árboles, troncos, ramas y en ciertas oportunidades hasta animales muertos que quedan trabados en las compuertas.