Analizamos la actuación individual de los protagonistas de la final del campeonato Apertura 2022. En un partido de buen nivel técnico y con varias emociones, Brian Rivello fue la gran figura de la tarde pero también se destacaron el otro arquero, Emilio Rossé, los defensores Nicanor Basavilbaso, Álvaro Gómez y Diego Santoro, el cuarteto de zurdos integrado por Rodrigo Gómez, Emiliano Franco, Joaquín Gallego y sobre todo Manuel Blanco.
San Patricio
Brian Rivello (10): el joven golero fue el gran protagonista de la final. Durante los 90 minutos reglamentarios atajó en gran forma remates con destino de gol de Medrano, Pérez y Quinteros. Se lastimó un pie de manera increíble mientras festejaba el empate y lesionado contuvo tres penales en la definición. El sábado 25 de junio fue su tarde consagratoria.
Emanuel López (5): otra vez contenido, en una función casi exclusiva de marcador y sin poder explotar su mejor virtud que es pasar a la ofensiva. Tuvo inconvenientes porque por su sector se movieron Medrano, el zurdo Pérez y Greco.
Nicanor Basavilbaso (8): prácticamente no tuvo errores como último hombre. Cubrió todas las espaldas sin encajonarse en el fondo y no se complicó con la pelota en los pies. Cuando las necesidades del partido lo requirieron se adelantó con temperamento. Convirtió un penal decisivo y en un momento determinante con gran tranquilidad.
Álvaro Gómez (8): exhibió toda su guapeza para ir a tomar la marca de delanteros incómodos, astutos como lo son el cordobés Medrano y Jonatán López. No perdió casi nunca en el juego aéreo y ganó cuando se la jugó en el anticipo. Pateó el penal de la victoria con alma y vida.
Agustín De Rosa (5): le costó absorber el ritmo y la presión de Capilla. Impreciso en la entrega del balón solo aportó su vigor en cuentagotas. Mejoró bastante en el segundo tiempo.
Matías Pigretti (5): el capitán no se pudo imponer en una mediacancha donde no hubo ni tiempo para pensar ni espacio para jugar. No consiguió poner la pelota debajo de la suela del botín derecho como lo hace habitualmente pero dejó hasta la última gota de traspiración sobre el césped amarillento del centenario estadio Enrique Fitte.
Federico Menconi (7): otra actuación pareja del volante central que peleó mano a mano con Quinteros y con todos los que le pasaron cerca en una zona media que fue una verdadera trinchera. En el complemento se plantó en terreno rival con gran personalidad e inclinó la cancha contra el arco de Rossé.
Rodrigo Gómez (7): fue el conductor de San Patricio. Se movió con inteligencia por todo el terreno para encontrar un lugar vacío y elaborar la maniobra con mayor claridad. Aflojó un poco sobre el final de la primera etapa y todo el equipo lo sintió. Encontró un buen socio con el ingreso de Juan Bolea.
Manuel Blanco (8): explosivo y desequilibrante con su gambeta rápida. Empezó como volante por izquierda, después fue puntero derecho y terminó como un delantero de toda la cancha. Hizo expulsar a Camacho, entre Rossé y Beretta evitaron que marcara un gol de antología y ejecutó su penal con precisión.
Joaquín Bolea (5): una vez más fue al sacrificio. Se tiró atrás para escapar de la marca, corrió una barbaridad, colaboró con sus volantes pero jugó muy lejos del arco rival.
Segundo Ovando: se lesionó a los 15 minutos y fue reemplazado a los 20 cuando el partido recién se estaba perfilando como duro y equilibrado.
Martín Gignat (6): se ubicó como volante por izquierda y tardó un rato en acomodarse a la contienda. En el complemento hizo valer su enjundia, su pujanza, su potencia física y anotó el gol de la igualdad apareciendo por sorpresa en el corazón del área contraria.
Juan Bolea (6): ingresó por su hermano Joaquín y fue de punta, casi como atacante neto. Se buscó permanentemente con Rodrigo Gómez y le agregó una dosis de buen fútbol a los avances de San Patricio.
Capilla
Emilio Rossé (9): el lujanense es un arquerazo. Hombre de experiencia, le tapó dos pelotas increíbles a Blanco y en la definición atajó dos penales. Puntal esencial de esta campaña exitosa de Capilla.
Martin Beretta (6): bien en la salida por el lateral apelando a su buena pegada con pierna derecha pero con problemas cuando Blanco y Gignat lo encararon en velocidad.
Diego Santoro (8): una columna defensiva. Jugó con prestancia, con conocimiento del puesto. Impasable por arriba y por abajo, salió jugando desde la retaguardia sin comprometerse. Gran figura en todo el torneo.
Lautaro Camacho (6): estaba cumpliendo una buena labor porque se entiende bien con Santoro. Es fuerte, rápido y decidido. Se fue expulsado al comienzo del complemento por doble amonestación.
Joel Greco (7): en la primera etapa hizo un surco de tanto subir por la banda izquierda. Tiene una dinámica increíble al punto que parece incansable. Cuando su cuadro quedó con un jugador menos cubrió su posición de marcador de punta sin problemas. Vio la tarjeta roja en tiempo adicionado.
Joaquín Gallego (7): apuntaló la presión de Capilla esta vez como volante derecho. Anotó el 1 a 0 con un cabezazo que sorprendió a los defensores de San Patricio. Después bajó a la cueva para tapar el hueco que dejó la expulsión de Camacho y cumplió la tarea con llamativa solvencia.
Emiliano Franco (7): siempre bien parado delante de la línea de 4 para equilibrar tácticamente el funcionamiento del conjunto. Tocó la pelota de primera, con justeza, para aligerar el traslado y para encontrar a su compañero mejor ubicado. Es una pieza clave en el tablero de Julio Márquez.
Daniel Pérez (6): cumplió muy buenos 45 minutos iniciales volcado en el callejón del viejo número 10. Hizo circular el balón con limpieza con la sensibilidad de su pie izquierdo. Rivello le atajó un disparo de larga distancia muy bien ejecutado. Se quedó más quieto en la segunda mitad pero colaboró para fortalecer el bloque defensivo.
César Quinteros (6): de rendimiento parejo. Es un tranqueador infatigable de la mitad de la cancha. Como un 5 adelantado fue a obstruir la salida de Menconi pero corrió a todo rival que le pasó cerca y también administró el balón con criterio.
Jonatán López (5): esta vez no tuvo tanta movilidad y quedó prisionero de la marca estricta de Álvaro Gómez. Se le presentó una buena chance en el amanecer del segundo tiempo pero remató desviado desde una posición muy favorable.
Kevin Medrano (6): más activo, con más participación que en partido de ida pero sin alcanzar la gravitación que tuvo durante la etapa de clasificación, antes de que una lesión le recortará sus posibilidades físicas. Rivello le desvió una media vuelta impresionante sobre la hora del primer tiempo en su acción más profunda de la tarde.
Marcos Arguello: ingresó para plantarse como zaguero junto a Santoro, una posición que conoce y lo hizo con la generosidad que muestra habitualmente. Tuvo la mala suerte de fallar en el último penal de la serie pero son cosas que suelen pasar en el fútbol. Ya tendrá revancha.