En Días de Areco analizamos uno x uno a los protagonistas, su actuación individual en la segunda final del Torneo Clausura 2023.
San Patricio
Brian Rivello (7): Rivadavia buscó llegar por arriba, con centros cruzados y envenenados pero el golero respondió con acierto. También estuvo seguro ante un par de remates de Hernández que llevaron peligro cierto de gol.
Emanuel López (7): esta vez jugó más contenido, midiendo sus proyecciones ofensivas pero directamente clausuró su lateral en una tarea sin fallas.
Nicanor Basavilbaso (7): el capitán fue la voz de mando que ordenó la labor de la última línea. Cuando pudo salir jugando lo hizo, pero cuando tuvo que rechazar lejos y fuerte no dudó.
Mateo Alonso (5): muchas veces el joven zaguero salió lejos del fondo a tomar la marca y le costó encontrar la posición justa en el esquema defensivo. Fue importante en el juego aéreo.
Francisco Simionato (8): con la fuerza de un toro tanto para marcar como para subir por la punta izquierda. Sus pelotazos largos fueron pases que llevaron una precisión quirúrgica.
Matías Pigretti (7): en su retorno a la titularidad su actuación fue de menor a mayor. Trabajó por derecha cerca de Menconi y de López para achicar espacios en el bloque defensivo y colaboró con Bolea en la administración de la pelota. Fue uno de los mejores valores de San Patricio a lo largo de todo 2023.
Federico Menconi (7): uno de los integrantes más destacados de la “vieja guardia”, con sentido de la ubicación y con mucho oficio para patrullar la zona central terminó siendo el dueño de la mitad de la cancha
Juan Bolea (8): el talentoso número 10 redondeó un gran partido porque a su cuota creativa le agregó mucho sacrificio para obstruir el arranque de Martínez y Leguizamón, los volantes de Rivadavia. Colocó varios pases milimétricos que llevaron su marca registrada.
Diego Pollier (6): rápido, incisivo, generalmente recostado por derecha, incomodó a la línea de 3 zagueros que plantó su rival
Pedro Cairo (6): con dos facetas completamente distintas: hombre con peso de área en el primer tiempo, retrasado en el complemento para esconder la pelota debajo de la suela de su botín derecho. En las dos funciones fue muy importante.
Manuel Blanco (9): tirado como puntero izquierdo, Manuel estuvo encendido y fue realmente desequilibrante. Veloz, hábil, encarador, sin complejos, fuerte de espíritu para no entrar en discusiones y duro físicamente para aguantar los golpes que le tiraron (muchas veces acertaron) desde el minuto 0. Fue la indiscutida figura de la final.
Federico De Rosa (7): ingresó por Pollier y se ubicó como enganche, sueldo delante del resto de los volantes y mostró su buen manejo de pelota y una exquisita pegada de zurda.
Rivadavia
Ramiro Ciaffardini (7): estuvo muy bien para cortar los centros que cruzaron frente a su arco y seguro cada vez que le tocó intervenir ante situaciones francas de gol con delanteros que lo enfrentaron casi mano a mano.
Román Sánchez (6): con su temperamento habitual fue el defensor más firme en la línea de 3 que armó Damián Scarano. Al final se fue arriba para buscar el milagro que no llegó.
Diego Ponce (5): rápido para cubrir espaldas en la posición de líbero. Tuvo aciertos y errores en la tarea pero jamás bajó los brazos.
Matías Petit (5): conoce el puesto de stoper, puso pierna fuerte, trató de anticipar y de cuidar la marca. A veces ganó y muchas perdió ante los peligrosos atacantes rivales.
Andrés Tijerath (6): fue y vino por toda la banda derecha. Si bien es cierto que Blanco aprovechó sus espaldas, fue un elemento de sorpresa cuando pasó al ataque con mucho fervor.
Bautista Leguizamón (5): en esta ocasión el chico de la Sub 17 se plantó de doble 5. Comenzó bien, corrió mucho pero después se fue diluyendo.
Tomás Martínez (6): intentó ordenar el paso por la zona media pero casi nunca pudo hacer sentir su tranco largo.
Valentín Griguelo (5): es un jugador polifuncional, un verdadero todo terreno que en esta segunda final se movió como carrilero por izquierda, con empuje pero con poca claridad.
Matías Oyanguren (5): intermitente, con escasa participación en el trámite de la contienda, intentó asociarse con Hernández pero sin éxito.
Genaro Ríos (6): es rápido, bastante potente y con una gambeta rara. Cuando se suelte y gane en confianza puede ser un delantero interesante
Joaquín Hernández (6): retornó tras una lesión que lo alejó de cancha por dos partidos y trato de ser el conductor de su equipo. No se quedó quieto, luchó, despachó unos cuantos derechazos que complicaron a Rivello y reconoció la derrota con caballerosidad e hidalguía.
Martín Romero (7): en pocos minutos el chico de la Sub 17 dejó en claro que tiene un porvenir enorme. Con su entrada, Rivadavia ganó limpieza en el comienzo de la jugada aunque ya la suerte de la final estaba echada.