En Días de Areco analizamos, una por una, la actuación individual de los protagonistas de la segunda semifinal del Torneo Apertura 2024 que le dio al club de la Plaza Belgrano el pasaporte para la definición del certamen.
River Plate
Geremías Calabrono (7): parece un arquero de los de antes por la ropa que utiliza (un buzo gris con el escudo de River Plate a la altura de corazón que le queda holgado) y por la manera en que atenaza la pelota entre sus manos. Estuvo concentrado, seguro a lo largo de los 90 minutos y cuando fue superado lo ayudaron los palos.
Mateo Antonijevic (7): es un especialista en la marca personal, un verdadero perro de presa que evolucionó mucho en su juego y que se encargó del cuidado de Cairo de manera impecable.
Tomás Portillo (7): muy firme como líbero, barriendo con determinación a espaldas de sus compañeros de última línea. Fue expeditivo para resolver, estuvo medido en sus intervenciones y no se complicó nunca.
Lucas Inzaurralde (8): en el reparto de marcas que dispuso Canali le tocó nada más y nada menos que Manuel Blanco y logró quitarle influencia al estupendo atacante. Versátil, veloz, ágil cuando tuvo la oportunidad también se mostró como salida desde el fondo. Una muy buena actuación.
Juan Canaveri (7): le costó hacerse un lugar entre los titulares pero en estas semifinales hizo un aporte importante recorriendo con generosidad toda la banda derecha, planteando el mano a mano con Martín Gignat y acompañando arriba. Terminó agotado.
Gabriel Fantilli (6): una de las mejores apariciones que muestra nuestro fútbol en este 2024. De gran físico y dinámica, patrulló la mitad de la cancha con fuerza pero como tenía tarjeta amarilla y caminaba por la cuerda floja fue reemplazado al final del primer tiempo.
Máximo Griego (7): el nieto de Camacho Rios se fue consolidando en la mediacancha del elenco de la Plaza Belgrano con su tranco lento pero firme. Primero jugó más por el medio para tapar a Pigretti pero luego se corrió más a la izquierda para enfrentar a Bolea. Es muy importante en el juego aéreo y en las dos áreas.
Luis Maggio (8): a esta altura de los acontecimientos lo de Luisito es admirable y conmovedor porque tiene 40 años bien cumplidos pero corre con la vitalidad de un pibe de 18. Es un líder positivo que sostiene anímicamente a todo el conjunto. En los dos encuentros semifinales le tocó jugar replegado, volanteando porque así lo requería el libreto táctico que elaboró Canali y su desempeñó fue notable, gravitante.
Cristián Rodríguez (6): es el último exponente del fútbol de potrero que queda en nuestras canchas. Sumamente habilidoso, gambeteador, atrevido pero más ordenado para cumplir un rol en el equipo. Se fue reemplazado porque estaba cansado y porque una tarjeta amarilla pesaba sobre sus espaldas.
Santiago Cicarelli (6): siempre está al acecho cerca del arco contario. Inteligente, astuto, peligroso pero también dispuesto a obstruir la salida del rival.
Luciano Conti (6): veloz y con gambeta centellante por las bandas. Mantuvo un duelo muy interesante con Emanuel López y fue peligrosísimo con sus carreras aunque le faltó terminar mejor las maniobras.
Leandro Camino (6): extraño lo de este ex mediocampista con pasado en Cucullú, Rivadavia y San Antonio porque no había jugado ni un solo minuto con la camiseta de River Plate cuando ingresó por Fantilli que es una pieza clave en la zona central. Lentamente el hombre de General Rodríguez se fue acomodando a un partido intenso e hizo valer su oficio.
Ignacio Jacquet: el muchacho de Capitán Sarmiento reemplazó a Rodríguez y entró muy bien al partido. Se ubicó de falso lateral por derecha, cerró esa punta y se sumó a la ofensiva cuando tuvo la ocasión.
San Patricio
Brian Rivello (7): el todavía joven golero realizó varias intervenciones que le permitieron mantener el 0 en su arco que siguieron alimentando las esperanzas de San Patricio de poder torcer el rumbo de una historia muy desfavorable.
Álvaro Gómez (7): Germán Mangieri utilizó una poco habitual línea de 3 zagueros y Álvaro se acomodó sin problemas a ese esquema, apretando la marca de Cicarelli y empujando con gran temperamento desde el fondo.
Federico Menconi (6): tuvo que bajar a la cueva para reemplazar la ausencia de Nicanor Basavilbaso pero no tuvo la influencia que tiene cuando juega de 5, su puesto natural. Se fue expulsado cerca del epílogo de la contienda cuando ya el empate y la eliminación de su cuadro eran inevitables.
Francisco Simionato (6): fue stoper por izquierda para enfrentar a Rodríguez y en esa nueva tarea ganó y perdió pero vio limitadas sus incursiones ofensivas.
Emanuel López (6): trabajó más adelantado, casi de lateral volante por derecha. Preocupado por la presencia de Conti, aportó algunas pinceladas de su calidad.
Matías Pigretti (7): actuó de volante central y por momentos hizo pesar su personalidad, su don de mando, su buen manejo de pelota, su criterio para armar la maniobra. Nunca bajó los brazos y siguió luchando hasta el silbatazo definitivo del árbitro Luis Flores.
Juan Bolea (6): arrancó por derecha pero luego se corrió más al medio. Intermitente, trató de asociaciarse con Cairo, Blanco y De Rosa pero esta vez sus gambetas no tuvieron profundidad.
Federico De Rosa (7): hacía rato que el zurdo no era titular y cumplió una muy buena actuación. Dinámico, vertical, con mucho recorrido por el callejón del viejo número 10, estrelló un remate en el palo que pudo ser la apertura del marcador.
Martín Gignat (6): redondeó un buen primer tiempo metiendo, trepando por la banda izquierda pero luego se fue apagando y fue sustituido por su hermano Lisandro.
Pedro Cairo (6): con la obstinada marca de Antonijevic encima, Pedro rotó por todo el frente de ataque y sobre todo en la primera etapa amenazó con su potencia física y con su habilidad rara, de pelota bien pegada al pie. Después se fue quedando sin energías…
Manuel Blanco (6): con Inzaurralde a cuestas, Manuel no tuvo espacios para emprender sus piques desequilibrantes aunque intentó siempre lastimar con su gambeta veloz. Como todo San Patricio, tuvo buenos pasajes en la etapa inicial pero se fue quedando en el complemento.
Marcos Gaute: ingresó un rato en la segunda etapa y mostró fuerza y presencia en el círculo central.
Renzo De Lellis: sin dudas que va a ser un buen jugador porque tiene vitalidad, ganas, temperamento y sabe jugar de zaguero. Será una pieza de recambio en el futuro cercano.
Lisandro Gignat: volvió este año luego de una prolongada ausencia y esa falta de fútbol se nota pero es un hombre muy talentoso, fino con la pelota en los pies e inteligente cerca del área. Cuando entre definitivamente en ritmo va a ser muy importante.