Analizamos uno por uno la actuación individual de los protagonistas del partido de ida por la Final del Torneo Clausura 2022.
San Carlos
Martín Villanueva (6): el zurdo golero no tuvo que intervenir tanto como su colega Rivello pero cuando fue necesario respondió con solvencia. Estuvo bien entregando la pelota con el pie.
Joaquín Rabellino (8): cuando San Carlos se acomodó tácticamente, luego de los 20 minutos iniciales y encontró las marcas, Rabellino se convirtió en figura por personalidad, por fuerza, por capacidad para cumplir la función encomendada. Marcó muy bien a Blanco, que solo se le escapó una vez y convirtió el 2 a 1 y en una atropellada postrera consiguió el empate definitivo.
Matías Mansilla (6): rápido, expeditivo para jugar como líbero, cubriendo espaldas en la cueva y sin complicarse.
Fabricio Vuagniaux (7): se encargó de encimar a Joaquín Bolea, como stoper por izquierda pero además fue salida clara desde el fondo. Terminó jugando casi de volante a la hora de ir a buscar el empate y despachó centros peligrosos.
Nazareno Carrasco (6): jugó un muy buen primer tiempo, bien abierto por la banda derecha. Pujante, encarador, le trajo problemas a De Rosa por su sector. Le faltó mayor claridad para terminar las jugadas y se fue apagando con el correr de los minutos.
Alan Fernández (7): un metedor incansable que corrió una barbaridad para encabezar la presión en la zona central, un fundamento vital en los lapsos donde su equipo fue superior. A veces apeló a la pierna demasiado fuerte pero hizo los revelos cuando sus compañeros se lanzaron a la ofensiva en búsqueda de la igualdad.
Tomás Pastor (6): el socio de Fernández para presionar en la mitad de cancha. Levemente recostado sobre la derecha apretó la marca de Juan Bolea y de a ratos consiguió controlarlo. Cansado, le dejó su lugar a Cruz.
Ricardo Barrientos (7): con el ritmo de siempre para recorrer todo el lateral izquierdo pero esta vez con una mayor cuota de profundidad. Durante el primer tiempo fue realmente imparable. Después López le fue cerrando el camino pero su aporte siguió siendo valioso.
Juan Manuel Gómez Heredia (7): un fantasma que aparecía y desaparecía con mucha sorpresa por cualquier lugar del ataque verde. Veloz, dinámico, habilidoso. Al final se estableció como extremo derecho sin perder peso en el desarrollo del juego.
Juan Demergasso (7): redondeó 20 o 25 minutos de excelente nivel cuando San Carlos fue netamente superior a su rival. Talentoso, flotando libre detrás de Bernasconi mostró su talento.
Bernardo Bernasconi (7): tremendo en el juego aéreo, insistente para ir al choque, con mucha movilidad hacia los costados, tanto cuando jugó como único 9 como cuando lo acompañó Iturralde en una doble punta de lanza temible. Anotó el 1 a 0 con un cabezazo de anticipo.
Sebastián Iturralde (6): ingresó a los 20m de la segundo etapa e hizo sentir su potencia cerca del arco rival.
Maximiliano Cruz (6): intentó repartir juego con su buena pegada de zurda y despachó algunos pelotazos largos muy bien dirigidos.
San Patricio
Brian Rivello (8): por momentos parecía invencible, en el medio del barro y ante los ataques insistentes de San Carlos. Realizó varias atajadas importantes para sostener el 2 a 2.
Emanuel López (7): al principio tuvo problemas con las entradas de Barrientos pero se fue afirmando hasta cerrar su lateral. En el complemento se proyectó algunas veces con su habitual claridad para manejar el balón.
César Núñez (7): sacó a relucir todo su oficio ante delanteros más fuertes, más veloces y en una cancha mojada, con barro. Impecable en los cierres, bien ubicado bancó la resistencia en los lapsos más difíciles. Otra tarea impecable de un jugador de mucha experiencia y nobleza.
Álvaro Gómez (8): sensacional en el juego aéreo y en el mano a mano por abajo. No se equivocó casi nunca. Mantuvo un duelo colosal con Bernasconi y después con Iturralde. Ganó mucho más de lo que perdió y fue el soporte primordial del empate que San Patricio se trajo desde Capitán Sarmiento.
Agustín De Rosa (7): literalmente clausuró el lateral izquierdo con vitalidad, fervor y un generoso gasto de energías. También le dio un buen destino a cada pelota que tuvo en sus pies.
Lorenzo Vidal (6): se movió de 8, colaborando con Pigretti en una zona donde San Carlos ejerció una presión constante e intensa. Lorenzo no pudo poner en práctica sus piques al vacío pero no paró de correr ni siquiera un segundo a lo largo de toda la contienda.
Matías Pigretti (6): casi amurado contra su línea de 4 para tratar de fortalecer el bloque defensivo. El mediocampo, embarrado, mojado, era un verdadero campo de batalla y el capitán verde amarillo se debatió con hombría, sin dar ni pedir tregua.
Rodrigo Gómez (7): una vez más ofreció toda su jerarquía en una final caliente. Mantuvo la calma cuando San Carlos dominó las acciones. Se paró levemente sobre la izquierda y desde allí puso la pelota debajo de la suela de su botín izquierdo para hacer la pausa y bajarle revoluciones al juego. Marcó el 1 a 1 con un cabezazo estupendo y luego se ubicó cerquita de Pigretti para engrosar de piernas la salida desde el círculo central.
Juan Bolea (7): gambeteador, atrevido, bastante vertical. A veces tuvo más tiempo de lo debido el balón en su poder pero sirvió para darle desahogo a sus compañeros. En el cierre pasó de delantero neto antes de dejarle su lugar a Carlitos Bolea
Joaquín Bolea (6): corrió muchísimo para tapar la salida del rival, para tratar de escapar de la marca, para fabricar algún hueco pero pesó poco en el trámite del cotejo. Regó la cancha con su transpiración hasta que no dio más y fue reemplazado por Gignat.
Manuel Blanco (7): muy marcado por la tenacidad de Rabellino. Sin espacios, a veces golpeado con dureza. Pero un puñado de intervenciones le sobró para dejar su sello en la primera final del Clausura.
Martín Gignat (6): entró con unas ganas terribles. Sustituyó a Joaquín Bolea y transitó por izquierda. Aportó su vitalidad en una instancia complicada del encuentro para reforzar la mediacancha. Participó de la jugada del segundo gol porque se animó a gambetear de manera vertical.