Si bien es cierto que no le alcanzó para salir campeón, la campaña de River Plate en este Torneo Apertura que acaba de terminar fue muy buena. En realidad la temporada futbolística 2024 del club de la Plaza Belgrano es muy buena porque consiguió ser un protagonista central de las dos competencias que se disputaron hasta aquí.
El equipo que desde enero dirige Enzo Canali experimentó varios “cambios de piel” porque en el verano fue un cuadro explosivo, de ataque, con casi 5 delanteros pero en el campeonato oficial jugó de otra manera, obligado a modificar su fisonomía por la ausencia de jugadores importantes y a partir de una derrota inesperada ante Independiente vivió una racha positiva de ocho partidos sin conocer la derrota apelando a un estilo pujante, dinámico, metedor, con los dientes apretados y mucha disciplina para ejecutar un plan táctico que en ocasiones dispuso de marcas personales estrictas.
Con estos argumentos terminó cuarto en la etapa de clasificación, eliminó a San Carlos en la segunda ronda, dejó en el camino a San Patricio en las semifinales y le peleó con dignidad, palmo a palmo, a Huracán la definición del certamen que acaba de terminar.
Entre sus individualidades más destacadas se encuentran Luis Maggio, un líder positivo que se convirtió en un jugador de toda la cancha; los zagueros Lucas Inzaurralde y Mateo Antonijevic, un verdadero león en la marca; Gabriel Fantilli, un joven volante de notables cualidades físicas que todavía tiene que aprender a regular su fervor para no caminar siempre al filo de la tarjeta roja y Luciano Conti, que con su gambeta veloz mantiene en alerta constante sus marcadores.
¿Qué puede pasar con River Plate en el segundo torneo del año que comienza en los primeros días de septiembre?
Es una buena pregunta para la que este plantel, reducido en número de integrantes pero aguerrido, obediente y voluntarioso, tendrá preparada la respuesta apropiada.