La falta de mantenimiento de los espacios verdes es una característica distintiva del gobierno de Francisco Ratto.
Las plazoletas Eva Perón y de los Inmigrantes, ubicadas en la avenida Vieytes frente al barrio Obrero y a un centro médico muy concurrido, las plazas Gómez y Belgrano, enclavadas en barriadas con larga historia y mucho arraigo en el lugar lucen (¿lucen?) resecas, opacas, descuidadas y tan descoloridas como un pueblo que hace tres años está sometido a un ajuste feroz de la inversión pública que pulverizó los salarios de los trabajadores municipales (que en 2022 van a perder un 50% de su valor de compra con respecto a la inflación), que recortó la cultura, los espectáculos, las fiestas populares, la prestación de los servicios de salud más básicos (atención en la guardia del Hospital Zerboni, por ejemplo) y relegó a un segundo plano la mejora de lo que es el patrimonio común de todos los vecinos de San Antonio de Areco.
El arbolado público de las calles Alsina y Arellano, hasta Alvear, está directamente abandonado. El municipio no se encarga del cuidado, de la reposición, ni siquiera de la atención mínima de los árboles de las principales arterias comerciales de la ciudad en una actitud difícil de comprender, más teniendo en cuenta que el Intendente es Ingeniero agrónomo y según dicen, con buenos antecedentes en su profesión.
¿Por qué el Municipio no cuida una zona que se puede convertir tranquilamente en un centro comercial a cielo abierto, tan de moda en estas épocas y que además es un paseo habitual de los turistas que nos visitan? En un momento tan crítico para la economía no se pueden dejar detalles liberados al azar ni tampoco es saludable cerrar el balance de las cuentas de la Municipalidad con saldo positivo a costa de reducir todo lo posible la calidad de vida de la población.