Seguramente muchos no lo recuerden y la mayoría ni siquiera lo sepa, pero el 1° de febrero de 1986 Miguel Mateos, con su banda Zas, tocó ante más de 1000 personas en la vieja cancha de básquet del Club Tempestad, que todavía tenía como piso los antiguos mosaicos color ladrillo.
En un escenario montado dando espaldas a la calle General Paz, Mateos interpretó los mejores temas de su repertorio de entonces: “A la Argentina le hacen falta huevos”, “Tengo que parar”, “Extra, Extra”, “Un poco de satisfacción”, “Un gato en la ciudad”, “Va por vos, para vos” y el mítico “Tirá para arriba, tirá”, canciones íconos que conmovieron a la multitud que se reunió esa noche de sábado de verano en pleno centro de nuestra ciudad.
Músicos reconocidos y de la talla de Carlos García López (en guitarra) y el Cachorro López (en bajo) integraban un grupo liderado por Mateos que en 1985 había editado Rocas Vivas, un disco de vinilo que vendió más de 300 mil placas (un record para ese momento) y que marcó una riquísima etapa del rock nacional.
Tempestad, bajo la presidencia del recordado Esteban “Churra” Sulle, hacía poco tiempo que había terminado de techar su gimnasio, que desde 1945 y a cielo abierto fue sede de memorables jornadas deportivas y todos los fines de semana organizaba reuniones bailables para la juventud de San Antonio de Areco.
Zas cobró 5000 Australes, la moneda nacional que circulaba en la época que gobernaba el país Raúl Alfonsín, por una actuación que duró 90 minutos. A mitad de los años 80, esa plata era una verdadera fortuna pero la calidad del show valió largamente la pena.