Marcela Príncipe, docente de 6° año de nivel primario del Colegio Santa María de la Asunción, habló con Días de Areco sobre el proyecto “Conociendo lo Nuestro”, que desde hace más de una década trabaja con sus alumnos.
Durante la entrevista, la docente de prácticas del lenguaje contó cómo encontró la manera de motivar a los alumnos mediante la investigación colectiva de la historia de nuestro pueblo.
¿Cuál fue el origen de este proyecto “Conociendo lo Nuestro”?
“Si bien es ahora cuando se ven los frutos, este es un proyecto que comenzó aproximadamente hace 10 años. Hace 25 años atrás, cuando empecé a trabajar en la escuela de educación especial 501, queríamos acompañar al alumno con un aprendizaje significativo, aprendiendo lo que lo rodea, darle elementos que le sirvan para la vida y en ese entonces no había en las escuelas tanto material como hay ahora, no había televisor, no había videos, no había internet. Fue así que pensamos en el contacto directo, con la idea de que los alumnos salieran a la comunidad. Ahí empezamos a ir a la biblioteca Belgrano, que fue como el inicio de este proyecto que cada año se hizo más grande y que incorporé también en el Colegio Santa María. La biblioteca se convirtió en el aula porque los chicos investigaban, trabajaban, escribían”.
¿Por qué eligió trabajar con la historia local?
“Después de eso, un día se me ocurrió hacerle preguntas a los alumnos sobre el lugar donde vivían. Yo no soy nativa de San Antonio de Areco pero cuando empecé a leer me gustó mucho la historia, que es muy rica, lo mismo que su cultura y sus tradiciones. Pero me llevé la sorpresa que los chicos no me podían responder ninguna pregunta sobre la historia local. Les dije que como yo tampoco tenía las respuestas las íbamos a estudiar juntos. Las preguntas eran sencillas: quién escribió el libro Don Segundo Sombra, por qué figura en el frente de la parroquia la fecha 23 de octubre de 1730, en qué año se inauguró el Puente viejo, el monumento de qué prócer se encuentra en la plaza principal. Como nadie sabía las respuestas, ese fue el motor, la motivación para que los chicos comenzaran a investigar”.
¿Cómo fue la respuesta de los alumnos ante esta modalidad de trabajo?
“Esa fue una gran sorpresa porque los chicos hablaban en su casa de este tema. Armaban grupos pequeños, de dos o tres, y salían en bicicleta a visitar estos Lugares Significativos, querían encontrar esos edificios que tenían las plaquitas amarillas, sacaban fotos, traían información nueva, les preguntaban a sus abuelos, conseguían libros viejos. Eso fue muy importante en el comienzo. Trabajar en un proyecto lleva mucho tiempo pero es algo enriquecedor, tanto para el docente como para el alumno, que es el verdadero protagonista porque el rol del docente es acompañar, sugerir, organizar. Cuando el chico nota que es el protagonista, comienza una etapa de mucho trabajo porque se despierta la curiosidad, hace preguntas que no siempre el maestro puede responder y es ahí donde empieza la investigación en conjunto”.
Desde el arranque en la escuela 501 el proyecto creció mucho…
“Con el correr de los años la propuesta se fue enriqueciendo cada vez más con la colaboración de otras instituciones, con visitas guiadas, porque visitábamos esos lugares con una guía que nos iba explicando, convocábamos a historiadores para que nos dieran charlas sobre diferentes temas. Con todo esto los alumnos fueron incorporando aprendizajes tomando notas, haciendo resúmenes, clasificando la información que luego la volcaban en textos nuevos que ellos mismos escribían. Yo no me alejaba del diseño curricular, al contrario, trabajábamos esos contenidos a través de este proyecto Conociendo lo Nuestro que les daba motivación a los alumnos. El trabajo era flexible porque los chicos traían sus inquietudes, le deban el perfil a la clase y en estos últimos años incorporamos la tecnología a través de los documentos compartidos en Drive por ejemplo y seguían trabajando en su casa sumando nueva información al texto que estábamos escribiendo de forma conjunta hasta llegar a la versión final. Recuerden que son alumnos de 6° año de nivel primario. Es como un inicio, yo abro puertas para que después puedan seguir con esto porque es muy bueno que empiecen a conocer, como dice el título del proyecto, el lugar donde viven”.
Con el paso del tiempo se convirtió en un proyecto abarcador, integral que sumó a los docentes de las otras áreas…
“Claro porque en los últimos tiempos notamos que de esta manera también se podían trabajar los contenidos de otras áreas, por ejemplo matemáticas con la ubicación del espacio, usando las estadísticas, los planos. En ciencias naturales pudieron conocer la flora autóctona, con ingles trabajamos a la par de prácticas del lenguaje pero en otra lengua, con el profesor de teatro los chicos trabajaron la expresión corporal representando una obra sobre la identidad arequera, lo mismo hicimos con los talleres de canto y danza”.
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