En una entrevista con Días de Areco, Denis Turner, designado interventor de la Fundación Molina Campos por la Inspección General de Justicia (IGJ) explicó los motivos del conflicto planteado con la Municipalidad de San Antonio de Areco por la guarda de más de 100 obras del prestigioso artista plástico.
Durante la conversación, Turner manifestó que el Municipio suscribió convenios con el presidente de la fundación desplazado por la intervención y que deben restituir las obras que están en el Museo Ricardo Güiraldes pero que no encuentra respuesta a sus pedidos de parte del Jefe de Gabinete.
Este tema de la Fundación Molina Campos tiene fuerte repercusión en ámbitos culturales y en medios de comunicación a nivel nacional y es un nuevo conflicto que suma la gestión de Francisco Ratto.
¿Por qué fue intervenida la Fundación Molina Campos y qué relación tiene con San Antonio de Areco?
“La Fundación Molina Campos fue intervenida a través de un recomendación de Inspección General de Justicia (IGJ) y a partir de allí advertimos una situación que tiene correspondencia con el ámbito de cultura de la municipalidad de Moreno, porque el museo en esa localidad fue cerrado y las obras fueron trasladadas con un destino incierto, motivos por los cuales se dictó la intervención. En el actuar de este procedimiento, tuvimos algunas reticencias por parte de Adolfo Güiraldes, que es el presidente de la fundación desplazado, y se demoró mucho en conocer el paradero de las obras y todavía seguimos recopilando información para conocer las razones de por qué estas actitudes que motivaron la intervención”.
Le vuelvo a preguntar: ¿Qué relación tiene esta situación con el Municipio de San Antonio de Areco?
“Una fundación es un patrimonio puesto a un bien común. En este caso el objeto de la fundación es reunir la mayor cantidad posible de obras de Florencio Molina Campos para ponerlas en exhibición. Lógicamente que el cierre del museo en Moreno va en contra de este objeto y además la función de esta fundación es la administración de los cuadros de su patrimonio, que de momento 7 están en la Universidad Nacional de San Antonio de Areco y hay más de 100 obras que están en el municipio de San Antonio de Areco, a quien le hemos hecho un planteo legal porque ante nuestros pedidos solo recibimos excusas dilatorias. Abrimos un diálogo con Miguel Amadeo, el Jefe de Gabinete, que entendemos que está haciendo un aprovechamiento de estas obras desconociendo la autoridad que tengo como interventor”.
¿El museo Molina Campos en Moreno está cerrado y su edificio a la venta?
“Sí, y eso fue lo que alarmó a la comunidad de Moreno. Un día se encontraron con un cartel de venta del edificio. Es cierto que el museo no estaba funcionando de manera sostenida pero las obras estaban exhibidas ahí. Debido a la pandemia y por el criterio que tomaron las autoridades de la fundación de ese momento, decidieron cerrar el museo y trasladar las obras, primeros con un destino incierto que no le quisieron informar a la IGJ, por eso la intervención, y luego celebraron algunos convenios con la Municipalidad de San Antonio de Areco para tratar de enderezar esta cuestión. Hay que tener en cuenta que recién pudimos ingresar al museo de Moreno el 22 de noviembre y en ese entonces me entregaron alguna documentación donde están los convenios con Areco que son la punta del hilo como para poder acreditar la restitución de las obras a la fundación Molina Campos para su difusión, acción que una guarda en el museo Ricardo Güiraldes no cumple con ese fin”.
¿Cómo llegaron esos 100 cuadros de Molina Campos al Museo Ricardo Güiraldes?
“Por un convenio celebrado entre Adolfo Güiraldes, que es el presidente desplazado de la fundación, con el Intendente de San Antonio de Areco. La Comisión Directiva de la fundación está integrada por 10 miembros y ya están notificados que fueron desplazados de sus cargos porque hay una intervención en curso. Algunos integrantes me comunicaron que ya habían renunciado y que no tenían nada que ver con la fundación. Fue por estos convenios que las obras llegaron puntualmente al Museo Ricardo Güiraldes y a la universidad. Yo entiendo que dialogando se puede llegar a buenos términos y en la UNSADA encontré una buena predisposición para devolver los cuadros que estuvieron en exposición allí, pero en cambio no tuve una respuesta clara desde el Museo Güiraldes, por eso estamos viendo de qué manera seguir adelante”.
¿Con quién tomó contacto en el municipio?
“Fuimos de menos a más. Acredité mi carácter de interventor y tomé contacto con los responsables políticos del municipio pero me pusieron en el frízer. Creo que están planteando mal las cosas porque estas obras de Molina Campos están propuestas para ser patrimonio cultural de la Nación y necesitan ser inventariadas para identificar su valor artístico. Arranqué por la dirección del museo, después el filtro fue el área de legales y me derivaron con Amadeo que hace varios días me dejó de atender. Ante esta falta de respuesta nos vamos a remitir a las fallas legales de los convenios firmados por el presidente desplazado de la fundación para darlos por extinguidos y plantear que es ilegítima la retención de los cuadros por parte de la Municipalidad de San Antonio de Areco. La idea de la intervención es resolver este conflicto pero hay que buscar los medios adecuados para hacerlo dentro de los carriles legales”.
¿En que apoyan esta actitud los funcionarios del Municipio?
“Me dicen que estas obras de Molina Campos son importantes para Areco, que representan mucho para los vecinos, pero muestran un gran desconocimiento del panorama que les brindé desde la intervención. Quiero decir que la Fundación Molina Campos no tiene un arraigo en San Antonio de Areco sino que lo tiene en Moreno, donde está el inmueble del museo que no se puede trasladar y en la Ciudad de Buenos Aires donde tiene su personería jurídica. También tenemos que ver qué obras hay, si faltan algunas de acuerdo al último inventario que es una de las irregularidades administrativas que fundamentan la intervención”.