Un año después de la inauguración del Parque Criollo y Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes, el 10 de noviembre de 1939, se celebró por primera vez en San Antonio de Areco el Día de la Tradición.
La Agrupación Bases de la ciudad de La Plata gestionó con éxito la sanción de la Ley Provincial N° 4.756, que declaró en todo el ámbito de la Provincia de Buenos Aires a la mencionada fecha como Día de la Tradición, en homenaje al nacimiento del poeta José Hernández.
La finalidad de la norma, que fue promulgada rápidamente por el Gobernador Manuel Fresco, apuntaba a evocar cada año el pasado nativo como la mejor manera de perpetuar la nacionalidad y las virtudes del pueblo argentino.
La misma ley sugirió a nuestro pueblo como la sede apropiada para llevar adelante el festejo y unir de manera simbólica a Hernández con Ricardo Güiraldes, los más distinguidos autores de la literatura gauchesca.
Por tal motivo, el Intendente José Antonio Güiraldes convocó a una comisión de reconocidos vecinos, cuyo vicepresidente fue el Dr. José Antonio Smith, para que participaran de la organización de la fiesta junto con la entidad platense.
El viernes 10, desde la mañana temprano, los integrantes de la Asociación Bases partieron en una caravana de automóviles, acompañados por el Intendente de La Plata, Don Luis María Berro.
Cerca de las 11 la nutrida delegación llegó al Museo. Luego los visitantes se trasladaron hasta el monolito ubicado en la costanera del Río Areco, donde colocaron una placa de bronce en memoria del escritor Ricardo Güiraldes.
Seguidamente, en un palco montado especialmente para la ocasión, pronunciaron sus discursos el Ministro de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires, Ingeniero José María Bustillo, y Don Artemio Arán, que lo hizo en nombre de la Asociación Bases.
Más tarde, tal cual como estaba programado, se llevó a cabo una muestra de varias actividades criollas: un arreo de hacienda a la antigua y las vibrantes jineteadas de potros en el campo del Parque Criollo.
Por la tarde, en una de las salas del Concejo Deliberante, quedó inaugurada la exposición de piezas trenzadas, confeccionadas por el prestigioso artesano soguero Aniceto Melo.
El mal tiempo reinante el sábado obligó a suspender parte de las carreras cuadreras de caballos, programadas frente a la Pulpería La Blanqueada.
Otra caravana de vehículos, esta vez integrada por socios del Touring Club Argentino, se hizo presente el domingo 12 para disfrutar de los actos de clausura de la Fiesta de la Tradición, realizada en homenaje al 105° aniversario del nacimiento de José Hernández, autor del Martín Fierro.
También una numerosa cantidad de público, proveniente de ciudades vecinas, se acercó hasta la Plaza Principal para presenciar la exhibición de gimnasia brindada, bajo la dirección de Don Alejandro Bertonatti, por los alumnos de las escuelas del pueblo, y el desfile de jinetes, encabezado por el Intendente Güiraldes y por Don Santiago Roca.
Al mismo tiempo, en otra sala del edificio de la Municipalidad, la Señora Patrona Risso de Beristaín ofreció a los presentes una exquisita muestra de tejidos criollos.
Víctor Taboada, Juan Jacca, de Ensenada, Néstor Escunape, de Carmen de Areco y Norberto Griguelo, de Chivilcoy, fueron premiados por su destacada actuación en la jineteada de potros.
Si bien la historia reconoce una justa ligazón entre Don Pepe Güiraldes y la tradición hay algunos detalles interesantes para repasar o conocer.
En marzo de 1940, el Presidente Roberto Ortiz anuló las elecciones del 25 de febrero y nombró al Dr. Octavio Amadeo como interventor de la provincia de Buenos Aires. Ante esta medida, José Antonio Güiraldes renunció a la intendencia. Pero Don Pepe volvió al cargo en enero de 1942 como Comisionado del gobernador Rodolfo Moreno y se mantuvo en funciones hasta el 4 de junio de 1943 cuando una revolución militar derrocó al presidente Ramón Castillo. Esa fue su última actuación pública oficial.
Por lo tanto Güiraldes solo estuvo al frente de la Municipalidad en la primera Fiesta de la Tradición y en la celebración de 1942, que tuvo un carácter más local porque los festejos centrales se habían trasladado a La Plata, capital provincial.
Además hay que tener en cuenta que Don Pepe falleció joven, el 17 de marzo de 1947, cuando solo tenía 59 años pero ya había plantado la semilla de un proyecto cultural y político que se fue consolidando profundamente con el paso del tiempo.