Alberto Ramírez, tesorero del club Huracán, conversó con Días de Areco sobre los trabajos que realizaron para poner nuevamente en condiciones el predio que la entidad tiene en el barrio Canuglio que en la última inundación literalmente quedó debajo del agua.
Durante la entrevista, el dirigente comentó que los daños más grandes fueron en el alambrado de la cancha de 11 y en la instalación eléctrica, con cables subterráneos pero que fundamentalmente tuvieron que realizar una gran limpieza.
Vale resaltar que dos semanas después del pico de la creciente, el sábado pasado ya Huracán jugó de local en su predio.
De los cuatro clubes que están en la costanera, Huracán fue quien más sufrió la inundación…
“Es triste ver cómo pasó, cómo el agua arrasó con todo, cómo dejó mugre amontonada. Los primeros días fueron terribles, de una gran tristeza porque Huracán es un club donde se concentran muchos chicos para hacer deportes pero como siempre seguimos adelante, trabajando, hicimos la limpieza, inclusive arrancamos cuando todavía había barro y en algunos lugares quedaban charcos de agua”.
¿Pudieron comparar o medir la cantidad de agua que hubo dentro del predio?
“La altura del agua quedó marcada en las paredes y aunque no sé exactamente la medida, le faltaron unos 20 centímetros para llegar al nivel de la puerta de los baños que están abajo. Así que te podría decir que en el predio tuvimos entre un metro ochenta y un metro noventa de agua. Esa es la marca que quedó”.
¿Qué cosas fueron las más afectadas por la creciente?
“Lo más afectado fue el alambrado de la cancha grande porque se quebraron algunas columnas pero rápidamente Juan Monjo, que es alambrador, lo acomodó y lo dejó muy prolijo. Cuando fue Juan a hacer ese arreglo las botas se enterraban en el piso. Esa fue la peor parte porque como tenemos una construcción alta se pudo levantar el tractor, que en ese momento tenía el agua a la altura de las ruedas y la mayoría de las herramientas, si no hubieran ido obviamente que todo habría quedado debajo del agua. Teníamos varias bolsas de semillas para sembrar la cancha, que se mojaron pero igual tratamos de aprovecharlas y las desparramamos antes de que se echaran a perder. También tuvimos que reparar la instalación eléctrica porque tenemos todos cables subterráneos pero fundamentalmente hubo que hacer una gran trabajo de limpieza porque se desparramó mugre por todos lados, había mesas, sillas y postes de unos bancos que estábamos armando por todo el predio”.
Si bien todo es muy costoso y la inundación fue grande, el club se puso rápidamente en marcha…
“Todo cuesta plata, mucha plata, más allá de que haya voluntad y gente que trabaje. Además recuerden que hace poco nos robaron materiales que teníamos para mejorar la parte eléctrica que son muy caros. Esta inundación cayó justo cuando iba a comenzar la temporada de fútbol pero después de una suspensión pudimos arrancar el campeonato de Inferiores como locales. Es por eso que le quiero agradecer al club San Antonio que hace unos días atrás organizó una jornada de fútbol en su cancha para recaudar dinero, a la Liga por un subsidio que llegó de AFA y a todos los socios de Huracán que siempre están apoyando y dando una mano”.