Candelaria Schamun presentará hoy viernes 5 a las 20 hs su libro “Ese que fui: expediente de una rebelión corporal” en Librería Iriarte. Un recorrido autobiográfico sobre la historia de su familia y su identidad como persona intersex.
“El libro creo que arranca cuando tenía 17 años y encontré una carpeta en el escritorio de mi papá. Ahí descubrí que cuando nací los médicos creyeron que era un varón sin testículos descendidos, que llevé durante un mes de mi vida el nombre de Esteban y que los médicos en ese momento aconsejaron ciertas cirugías que había que hacer que fueron todas muy invasivas sobre mi cuerpo”, le cuenta la autora a Días de Areco.
“Ese hallazgo lo dejé en standby hasta que me animé a retomar el tema. Yo soy cronista de policiales, entonces puse el oficio al servicio de poder investigar mi propia identidad. Durante todo el proceso de escritura, entrevisté a mis tíos, a mis primos, a mis hermanos, a mi vieja que en ese memento empezó a transitar una etapa bastante fulera con el Alzheimer, entonces mientras ella perdía la memoria, yo trataba de recuperarla”, explica. “Recuerdo un día que estaba con Anto Fanti y ella estaba haciendo un postítulo sobre Educación Sexual Integral y me dijo que había leído en algunos textos situaciones similares a las que yo le había nombrado de mi infancia y que creía que yo era una persona intersex. Hasta ese momento yo nunca había escuchado esa palabra, así que empecé a investigar y soy una persona intersex. Ser intersex no es una enfermedad, tampoco es una decisión. Simplemente son cuerpos que nacen con alguna diversidad que puede ser genital, a nivel cromosómico o de las gónadas. En mi caso es a nivel genital y a las personas intersex nos intervienen para encajar en la sociedad. Lo que pedimos es que dejen de mutilar innecesariamente a niños y niñas que nacen con alguna variación en sus características”.
Schamun detalla que “este es también es un libro que cuenta un secreto familiar, que le pone palabras al silencio y es ahí donde creo que hay puntos en común con diferentes historias. Creo que lo necesario de este libro es romper esas estructuras de silencio que no hacen más que lastimarnos y en este momento donde estamos transitando una sociedad muy violenta, una sociedad que persigue a las diversidades y a los pensamientos, es necesario trabajar para que los niños crezcan en una sociedad que sea construida desde la ternura. El otro día di una charla y me contaba un chico que tenía miedo de ir a bailar porque era gay y tenía miedo de que le pegaran, que ya le había pasado eso a un amigo y la verdad es que yo aspiro a una sociedad donde nadie tenga que esconder su identidad, que nadie se tenga que ir a una gran ciudad para manifestar sus elecciones sexuales o que tenga que esconder en su lugar su verdadera identidad. Me parece que como sociedad no podemos permitirlo. Entonces, un poco este libro invita a repensamos y pensar una sociedad más humana. La violencia a los colectivos LGBTIQ+ creció un 70% en este último período, en una sociedad donde hasta hace no mucho éramos modelo de defensa de las libertades. Me parece que va más allá de discutir política, que siempre está bien. Ahora, cuando esa política es anular, criminalizar, golpear o que un adolescente no pueda decir quién es, ya estamos entrando en un terreno que no podemos permitir como sociedad”.
La del viernes será la primera presentación oficial de “Ese que fui” en Areco. “Creo que este lugar que elegí para vivir y lo amo era como mi refugio de creer que nadie sabe las cosas. Entonces, para mí presentar el libro acá era súper importante y va a ser en la librería del pueblo, que hace un laburo súper valioso con una diversidad impresionante de libros y muchísima garra. Lo voy a presentar con Nati Romero, que es poeta, escritora y una amiga que la quiero mucho”, detalla la autora. “A veces quizás una cree que no moviliza, pero también creo que quien tiene la posibilidad de hablar, de contar su historia, de ayudar así a quien todavía no puede, de romper un silencio, hace que el otro se anime. Entonces un poco es eso, que nos animemos a vivir en una sociedad donde no haya estos secretos familiares que tanto nos perturban, donde las personas puedan vivir en paz, sin ser hostigadas o perseguidas y que las adolescencias puedan tener una vida plena, que puedan desarrollarse en sus pueblos y andar felizmente de la mano con quien quieran”.