La esquina de Carlos María Martínez y Vieytes es un claro ejemplo del estado de deterioro en que se encuentran la mayoría de las calles del pueblo: con baches, pozos y cortadas, de distintas dimensiones y profundidad, muchas veces tapados por el agua servida que se acumula en el lugar.
Martínez presenta un aspecto similar prácticamente en toda su extensión, que llega hasta Zerboni y es raro encontrar en ese largo trayecto un tramo que no esté dañado.
El problema es mayúsculo y está en el centro de las quejas de los vecinos porque casi todas esas calles de asfalto “negro” o bituminoso fueron construidas entre finales de los años 80 y principios de la década del 90 (durante la gestión de Teodoro Domínguez que llevó adelante una gran expansión de la obra pública) pero la vida útil de esos trabajos ya está largamente cumplida.
En esa época, Domínguez asfaltó con dicho material muchas cuadras ubicadas fuera del Casco Histórico y dentro de un cuadrante urbano delimitado por las avenidas Smith y Quetgles, las vías del Ferrocarril Mitre y Zerboni, cuyo tramo entre Martínez y Zapiola fue asfaltado en 1988.
¿Qué hacer ante esta situación cuando ya es evidente que no alcanza con destinar el dinero que viene desde la provincia de Buenos Aires a través de un fondo específico de fortalecimiento municipal que está muy lejos de ser suficiente?
Tampoco es una solución una acción de gobierno que sube fotos en las redes sociales para hacerse autopropaganda y que confronta con todo el mundo, pensando siempre en clave electoral, porque profundizar la grieta puede alcanzar para ganar elecciones pero no para gobernar en favor de solucionar los problemas cotidianos de la mayoría de los vecinos.
Tal vez haya llegado el momento de elaborar una planificación seria para afrontar este tema y de buscar financiación (que sin duda deberá ser multimillonaria) en programas de inversión de la provincia de Buenos Aires y del gobierno nacional, como si fuera un plan especial de acondicionamiento de la base, de bacheo profundo y de reasfaltado de calles en donde fuera necesario hacerlo.
Referencias concretas y la propuesta de soluciones para esta cuestión, que ya es primordial, no deberían faltar en ninguno de los debates políticos que se presenten en el turno electoral que se avecina.