A los baches que minan casi todas las calles de Areco se suma un problema que se vuelve más profundo cuando llueve: las bocas de tormenta en mal estado, rotas o repletas de basura. El desagüe de Arellano y Azcuénaga es un ejemplo claro: desde hace meses está roto, con material suelto, y encima lleno de residuos.
La postal se repite en distintos puntos de la ciudad donde, al menos, hay pluviales. En Zerboni y Moreno, frente al ex zoológico Merti, el reclamo tiene años ya. Sin limpieza ni mantenimiento, cuando llueven así sean unos pocos milímetros la esquina queda anegada. Algo similar sucede en Zerboni y Martínez, donde incluso se levantaron pesadas tapas después de la última inundación y dejaron pozos al descubierto.
Esa falta de mantenimiento hace que los días de lluvia las calles se llenen de agua más rápidamente, porque los desagües no pueden funcionar al 100% de su capacidad.
Hasta fines de 2019, Sanear tenía a su cargo la limpieza y mantenimiento de este tipo de pluviales, pero la gestión Ratto decidió en una de sus primeras medidas dar de baja ese contrato. Las tareas quedaron a cargo del Municipio, pero no hubo prácticamente ningún avance en estos seis años.