Ramiro Varela, fundador de Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia, habló con Días de Areco sobre el avance de la causa judicial por la Masacre de San Patricio.
La investigación judicial de la masacre de San Patricio cambió de juez y de causa…
“Efectivamente. El juez Daniel Rafecas tomó el expediente para que se comience a investigar la masacre de San Patricio en el marco de la megacausa del I° Cuerpo del Ejército a partir de una declaración de un represor arrepentido de la patota de Coordinación Federal que afirma haber escuchado a los miembros de ese grupo arrogarse la autoría de la masacre de los Palotinos. Entonces a partir de ese elemento y de un escrito que presentó el abogado Pablo Llonto, que forma parte de la querella dentro de dicha megacausa, el juez ya ordenó tomar una serie de medidas de prueba para hacer avanzar la investigación”.
¿Cómo tomaron esta medida?
“Esto representa una luz de esperanza porque se abre una nueva perspectiva para nosotros para poder avanzar hasta conocer la verdad y la justicia porque Rafecas es un juez probo, muy comprometido con los derechos humanos. Pienso que nos abre un horizonte muy esperanzador porque tenemos muchas expectativas de que se pueden lograr avances mediantes esta nueva manera de instruir la causa tanto en lo que respecta a la autoría material como a las complicidades, cosa con la que nosotros venimos insistiendo desde hace un tiempo”.
Durante un tiempo largo el asesinado del 4 de julio de 1976 se investigó en el marco de la megacausa ESMA…
“Sí, porque en realidad el expediente de la masacre de Palotinos no estaba completamente incorporado a la megacausa ESMA sino que era como un anexo. En el mundo del derecho cuando pasa algo así se dice que corre por cuerda, como anexada para tratar de dilucidar si los elementos que lo vinculan eran claros, pero en este caso no se encontraron esos elementos de manera concluyente para relacionar la autoría material con los grupos de tareas que actuaban en la Escuela de Mecánica de la Armada, más allá de algunos testimonios de sobrevivientes e inclusive de algunos represores que declararon en su momento. Es más, en base a esos testimonios el juez Sergio Torres había pedido el procesamiento de todo el Grupo de Tareas 3 3.2 de la ESMA por el asesinato de los Palotinos pero esta medida fue revocada por la Cámara Federal que dictó la falta de mérito, por lo tanto la investigación volvió a fojas cero. Luego ante esto el juez Torres pidió declararse incompetente pero la misma Cámara lo instó para que siga investigando provisoriamente. Más allá que siguió recabando pruebas no encontró elementos concluyentes para determinar que la masacre fuera perpetrada por efectivos de la armada”.
¿Cómo se establece que ahora la investigación se incorpore a otra mega causa como es la del I° Cuerpo del Ejército?
“Entonces a partir de este testimonio de Héctor Luccina se abrió esta nueva perspectiva pero además nosotros siempre estuvimos atentos a esta línea de investigación que apunta a Coordinación Federal porque también había elementos como para vincularla al crimen de los Palotinos. Enumero por ejemplo a las inscripciones que dejaron los asesinos en el lugar del crimen que decían: ¡por los camaradas asesinados en Coordinación Federal! ¡Viva la patria! ¡Venceremos!. También vemos que coinciden las fechas porque la masacre de San Patricio fue el 4 de julio y el atentado a la Superintendencia de Coordinación Federal fue el 2 de julio y es probable que el asesinato de los Polotinos haya formado parte de una serie de actos de represalia violenta que llevó a cabo la Policía Federal contra distintos grupos de militantes. De alguna manera esta posibilidad surge de los cables del Departamento de Estado norteamericano que trascendieron a la opinión pública hace algunos años atrás y que obran en el Archivo Nacional de la Memoria”.
¿Qué dicen esos documentos?
“Esos cables afirman que el por entonces Ministro del Interior, Albano Harguindeguy, le habría confesado al Cardenal Aramburu que la autoría material de la Masacre de San Patricio había sido obra de un grupo de seis suboficiales de la Policía Federal que había actuado por la suyas y sin orden directa de sus superiores o sea que lo hicieron de manera inorgánica. Recordemos que el grupo de Coordinación Federal, en las horas posteriores al atentado, salió como de cacería y a comer una serie de delitos como represalias y la Masacre de San Patricio se podría inscribir en ese contexto”.