Ernestina Peralta habló con Días de Areco sobre la Asamblea Socio Ambiental que se creó en plena pandemia y que motorizó una reunión que se llevó a cabo la semana pasada, al pie del Puente Viejo.
Durante la entrevista, Peralta analizó la situación que se vivió en el Río Areco, que presentó una gruesa capa de vegetación sobre la superficie y una gran cantidad de peces muertos, en la Navidad pasada.
¿Cuándo se creó esta Asamblea Socio Ambiental?
“La asamblea se creó en pandemia. Una de sus primeras apariciones fue durante las Peñas Emergentes que se hicieron a finales de 2020. Al principio era un grupo muy chiquito, 7 u 8 personas que nos reuníamos para hablar sobre diferentes temas, como la situación del basural o de las cerealeras. A partir de allí es como que se fueron tejiendo caminos hacia las diferentes problemáticas pero con esta cuestión que surgió con el río nos pareció que era importante abrir el espacio a más gente interesada para poner a la asamblea otra vez en juego”.
¿Cómo abrieron la convocatoria?
“Lo que hicimos fue armar redes, Instagram, Facebook y nos fuimos poniendo en contacto con diferentes personas para generar la reunión que se hizo el viernes pasado con la idea de hablar, particularmente de la temática del río pero sin cerrar la conversación solo en ese problema porque lo socio ambiental es mucho más abarcativo y lo podríamos resumir diciendo que abarca todos los intercambios con el ambiente que habitamos”.
¿Los motorizó lo que se vio en el río en Navidad?
“Esta situación tomó mayor notoriedad porque se dio en la zona más mirada del rio. Tres meses antes ya había datos de otras zonas que tenían esa cantidad de vegetación y no había ningún alerta. La gente que hace cayac se asombraba de ese verde pero no se registraba la cantidad de peces muertos que tuvimos después porque el número grande de peces muertos se dio a fin de año. Es llamativo que después de las lluvias haya como un patrón que determina que pasen ciertas cosas en el rio. No siempre pero por lo general las grandes mortandades de peces están asociadas a las lluvias y esto es algo a tener en cuenta. Entonces empezamos a indagar, a ver comentarios en las redes, a conversar con personas que caminan el rio y nos contaban la situación”.
¿Qué decían esos comentarios?
“Nos decían que la sequía secó los arroyos más pequeños y las lagunas, que solo viene un poco de agua desde los arroyos más grandes y que ya se veían peces muertos pero no en la magnitud que vimos en los últimos días. Esto que pasó cerca del Puente Viejo ya se veía aguas arriba, como si fuera una cortina de plantas sobre el rio. Era como una mancha verde que se extendía hasta el Club de Pescadores. Lo que pasó es que la lluvia trajo todo lo que había en todos lados pero sabemos que entre el Puente de Fierro y el Puente El Quemado ya había una gran cantidad de vegetación desde bastante tiempo antes”.
¿Ustedes llegaron a esa conclusión sobre los motivos de lo que pasó en el río a finales de 2022?
“No, no llegamos a ninguna conclusión. Lo que nosotros hicimos fue indagar, preguntar, ver qué era lo que había, qué se sabía y se comentaba. Lo que sí sabemos es que hasta el momento no hubo una exposición de resultados concretos. Es decir que todo lo que se dijo hasta ahora es hipotético porque desde las redes del Municipio salieron a afirmar cosas que no tenían ninguna prueba para sostenerlas. Era solo una suposición y es algo que también nos llama la atención este manejo de la información, que no es riguroso porque todavía nadie mostró ninguna documentación con un análisis del agua que sirva como una explicación. Otra pregunta es qué hacemos con este fenómeno de la vegetación que se junta en el rio, cómo se la maneja a futuro para no volver a llegar a una situación como la que vivimos el 25 de diciembre. No digo que no estén haciendo análisis sino que esos datos no se han publicado y que todo lo que se ha dicho no está avalado sobre una base real”.