La determinación del gobierno de Francisco Ratto de ampliar las instalaciones del hospital Emilio Zerboni, construyendo en la parte posterior de un predio que está comprobado que se inunda, hay que entenderla en la misma sintonía política que a mediados de 2020, en plena pandemia, tuvo la decisión del Intendente de rescindir el contrato con la Escuela de Arte Gustavo Chertudi por el uso en comodato del antiguo edificio de la Fundación Laplacette.
La medida apunta en la siguiente dirección: fortalecer más aún la alianza vigente desde 2019 con el Círculo Médico, avanzar sobre la mercantilización de la salud pública (administrada por los propios médicos con altos grados de libertad para el cobro de honorarios por la prestación de sus servicios profesionales), cerrar definitivamente el debate sobre la construcción de un nuevo hospital en la avenida Güiraldes casi frente al Estadio Enrique Fitte, ratificando lo hecho por la ex gobernadora María Eugenia Vidal en 2016, y seguir ampliando un edificio construido hace más de 100 años, porque antes de que fuera hospital era la casa de la familia Copello.
Por el momento, el movimiento de suelo realizado, que elevó parte de la superficie del terreno en algo más de un metro, generó la inquietud de un grupo de vecinos que padecieron la inundación de diciembre de 2009 que solicitan que se revise el modo de ejecución de una obra que ya está en marcha a pesar de que todavía no se conocen ni el proyecto definitivo ni la fuente de financiación. ¿Qué fuerza tendrán estos vecinos para hacer escuchar su voz?
El Intendente ha declarado de manera pública que piensa seguir adelante con esta ampliación contra viento y marea porque entre otras cosas considera que le traerá buenos réditos electorales en un 2023 que cada vez queda más cerca.
Pero además hay otros interrogantes que pronto tendrán respuestas: ¿la obra fue diseñada por un arquitecto especialista en construcciones hospitalarias? ¿Se notificó formalmente a la provincia de Buenos Aires, especialmente a los Ministerios de Salud e Infraestructura y a la Dirección de Hidráulica? ¿Se realizaron los estudios de impacto ambiental e hidráulico? ¿Se convocará a una audiencia pública para informar a la población todos los detalles del proyecto? ¿Por qué se comenzaron los trabajos sin la debida autorización del Concejo Deliberante, cuerpo donde el oficialismo tiene mayoría? ¿Cuánto dinero se necesita para hacer la ampliación y cómo se lo va a conseguir? ¿El actual gobierno tiene la dimensión exacta de la crisis social y económica que desató la inundación del 26 de diciembre de 2009?
Una pregunta más para el final de este comentario: ¿nos encaminamos irremediablemente a un nuevo escenario de enfrentamiento, como pasó durante dos largos años con la comunidad de la Chertudi, pero ahora con la premisa “salud o inundación” como motivo central para profundizar más aún la grieta que divide a nuestra sociedad y que es el método de construcción política predilecto del macrismo en su versión doméstica para tratar de imponer siempre su voluntad?