Horacio Viganego fue uno de los hombres fundamentales de la historia política reciente de nuestro pueblo porque protagonizó una larga trayectoria pública, que ofreció unas cuantas particularidades muy especiales.
En las elecciones del 11 de marzo de 1973 Viganego integró la lista de candidatos a Concejales y el 25 de mayo asumió una banca en el bloque del FREJULI. El Golpe de Estado Cívico – Militar del 24 de marzo de 1976 dejó trunco su primer paso por el Departamento Deliberativo.
A mediados de 1982 compartió el sector interno denominado como Sede Central, que tenía su local en la esquina de Moreno y Alem, junto al Dr. Juan Carlos Daverio, Raúl Lucero, Orlando Pellegrini, Omar Pomodoro, Ruben De Blas, Ricardo Pannunzio, Oscar Caríssimo, Roberto Sorchilli y Aldo Menconi.
En ese primer Consejo Directivo del Partido Justicialista en el retorno de la vida democrática, Viganego ocupó el cargo de Secretario General.
Tras los comicios del 30 de octubre, en los que ganó el radical Teodoro Domínguez, se incorporó al Concejo Deliberante.
En 1986 fue elegido Presidente del PJ y en septiembre del 87 fue reelecto Concejal hasta 1991.
Sobre el cierre de su segundo mandato fue tomando distancia de la conducción de partido, que quedó en manos de Daverio y abrió un breve paréntesis en su actuación pública, hasta que a mediados de 1994 fue convocado por Beto Sorchilli para sumarse a su proyecto de unidad del peronismo.
El 14 de mayo de 1995 fue electo Concejal por tercera vez pero en principio optó por ocupar un lugar en el Gabinete de funcionarios del gobierno de Roberto Sorchilli y hasta mediados del 96 se desempeñó como Secretario Técnico.
En esa fecha la renuncia de Daniel Terza como Concejal dejó a Horacio Viganego primero en la línea sucesoria de Sorchilli padre, por lo tanto desde noviembre de 1996 y hasta noviembre del 97 ejerció como Intendente Interino en varias oportunidades.
A principios de 1997 junto a Raúl Lucero, Juan José González, Luis Lupini, Juan Pedro Colombo y Armando Rengifo Navarrete entre otros, fundó su propia línea interna: Acción Comunal Justicialista, con la que compitió en las elecciones del PJ de ese mismo año y en las de 1999. En ambas ocasiones perdió con Fabio Sorchilli.
En 2001 acompañó la lista de unidad del peronismo que en las legislativas de octubre derrotó a los candidatos de la Alianza.
Sorpresivamente, poco tiempo después y en medio de una conflictiva situación política y económica, en marzo de 2002 Viganego asumió como Secretario de Gobierno de una gestión de José Cames que comenzaba a agonizar. Agobiado y superado por la realidad, Cames renunció a la Intendencia el 28 de agosto de 2002 y fue reemplazado por Eduardo Jordán, que confirmó a Viganego en la función que venía cumpliendo pero le confió además gran responsabilidad en el manejo de la economía del Municipio, que prácticamente estaba en la bancarrota.
De ahí en adelante el mérito de la dupla que conformaron Jordán y Viganego fue devolver al Municipio a la normalidad, aprovechando al máximo posible la recuperación económica que vivía el país ya desde principios de 2003.
En ese corto periodo, que se extendió entre marzo de 2002 y enero de 2004, no solo implementaron medidas que ordenaron las cuentas públicas sino que se puso en marcha nuevamente la actividad del Municipio con la creación de la Comisión Vecinal de Mantenimiento de Caminos Rurales, con el impulso al turismo y con la reapertura de la fábrica Penn, mediante la Cooperativa de Trabajo 11 de Noviembre.
Como fruto de esa labor, Jordán se impuso con claridad en las elecciones de octubre de 2003.
Cuando la nave parecía navegar en aguas tranquilas, Horacio Viganego falleció el 29 de enero de 2004. Llevaba un tiempo padeciendo serios problemas de salud y sufrió un infarto mientras trabajaba en su despacho de la Municipalidad. Era un hombre joven todavía, de solo 61 años.