Nahuel Alfonso obtuvo el primer premio adquisición de la IX edición del premio de fotografía ArteXArte 2025 con una obra que surgió tras las inundaciones en nuestra ciudad.
El fotógrafo habló con Días de Areco sobre la foto, su simbología y el detrás de escena de la concreción de la imagen, distinguida en lo más alto de la fotografía nacional.
“ArteXarte es un espacio muy importante para la fotografía argentina. Es de la Fundación Luz y Alfonso Castillo que son mecenas históricos de la fotografía argentina impulsando obras tanto de fotógrafos conocidos como de los que están arrancando. Ellos organizan este premio, que es muy conocido a nivel nacional y donde la calidad de la fotografía es impresionante”, contó el fotógrafo.

Sobre la obra premiada, explicó que “venía trabajando la fotografía documental. Lo último que estaba haciendo era un trabajo que se llama ‘El Límite del Oxígeno’, que es un seguimiento de una amiga se llama Mar que enteraba un trasplante de pulmón y falleció. Eso fue un golpe anímico muy fuerte para mí y me empecé a replantear si quería seguir o descansar de lo documental, que implica, al menos en mi caso, poner mucho el cuerpo. Venía planteándomelo y llegó la inundación, algo que me afectaba directamente, y empecé a ver si hacía otra cosa, porque no quería seguir poniendo el cuerpo con la toma directa de la problemática, algo que ya me está costando. Ahí fue cuando vi los vidrios empañados, rayados y con distintas formas durante la inundación”.
A partir de ese disparador, Alfonso encontró otra manera de pensar la inundación desde la fotografía. “Empecé a hacer algunas pruebas con el lente macro y entendí que podría ser una manera distinta de encarar lo que está pasando con el agua, el río y la comunidad. Pensaba que quizá podía ser una manera más elegante, más tranquila y más accesible para la gente para tocar el tema. A título personal, creo que muchas veces se comete el error de usar la fotografía como un arma y esa agresividad no es bien recibida por la gente, repele el tema. Entonces, algo alternativo puede ser un buen vehículo narrativo para interactuar con las personas. Es un poco así que llegué a hacer esas fotos”.
El momento de enterarse del premio fue bastante particular: “me enteré unos días antes que me habían dado el primer puesto. Cuando me dijeron que había quedado seleccionado en este premio, lo viví como que estás en la B y ascendés a la A. Ya me parecía un montón estar ahí y creía estar en los últimos puestos, no tenía ninguna expectativa de obtener un premio. Me sentía muy bien solamente con estar ahí con estos colegas que son muy grosos”, apuntó Alfonso.
“Estaba en una sesión de fotos laburando y cuando chequeo el celular para ver la hora, veo que había un correo que decía que me habían dado el primer premio. Se me aflojó todo el cuerpo, no entendía nada. De hecho chequeé como 10 veces y después (síndrome del impostor mediante) chequeaba el mail todos los días y al mismo tiempo pensaba ‘¿no se habrán equivocado? Mirá si se equivocaron’. Incluso el día de la premiación llegamos y seguía pensando si no se habrían equivocado. La verdad fue muy lindo. Tuve la suerte de hecho una muy buena foto a una edad temprana y era un poco de intuición y de suerte, que en la fotografía se da mucho eso, se hacen obras de arte por casualidad muchas veces. Hice una de esas fotos, que me abrió muchas puertas, y como que me veían como un pibito que tenía futuro. Ahora tengo 38 años y un poco sentí siempre que era el aspirante a fotógrafo profesional eterno. Recién estoy empezando a asimilar que no soy un aprendiz y que mis fotografías se tienen en cuenta”.