Ayer a la nochecita, Rivadavia se impuso por 3 a 2 a Villa Manchi, con un gol convertido por Luis Romero en tiempo de descuento, en el cotejo que cerró la primera fecha del Torneo Clausura que organiza la Liga Deportiva.
El equipo de Diego Menconi, que siente la partida de jugadores valiosos como Tomás Gallardo y Diego Arce, todavía está buscando su fisonomía definitiva y tal vez por esa razón sufrió más de lo esperado frente a un rival que no aportó mucho más que entusiasmo y fervor.El mencionado entrenador dispuso una línea de tres zagueros (Román Sánchez, Juan Menconi y Matías Petit) que tuvo algunos problemas de funcionamiento, ubicó a cinco volantes (los experimentados Nicolás De Renzo y Luis Romero, que se alternaron en sus funciones, Manuel Achetta por izquierda y los juveniles Tomás Martínez y Rodrigo Leguizamón que se movió como una especie de enganche) y ante la ausencia de atacantes natos adelantó en el terreno a Joaquín Hernández y Alejandro Luque, capaces de desnivelar por talento, personalidad y gambeta.
Si bien el cuadro de la avenida Vieytes se puso en ventaja a los 20 minutos del primer tiempo (gran maniobra personal de Hernández y precisa definición de Romero ingresando por derecha) le costó mantener un rendimiento parejo y el partido se tornó vertiginoso, desordenado y sin un dueño claro porque Villa Manchi, con poco, se las arregló para equilibrar las acciones que fueron de un tono bastante menor.El conjunto de San Andrés de Giles mostró la interminable dinámica de Oscar Zapata, que como es habitual hizo un surco de tanto ir y venir por la banda derecha, las asperezas del capitán Franco Vivas para plantarse en el círculo central, el oficio de los marcadores centrales (Daniel Busca y Gonzalo Godoy), la potencia física de Agustín Zalazar y los piques tumultuosos del inquieto Brian Abaca. Con esos sencillos argumentos le alcanzó para empatar dos veces, Zapata a los 8m y Abaca a los 33m, ambos mediante la ejecución de penales generados por rebotes fortuitos dentro del área de un seguro Ramiro Ciaffardini, que tuvo que intervenir varias veces para salvar su arco de situaciones comprometidas.
El mayor mérito de Rivadavia fue que nunca se dio por vencido y siguió batallando hasta el último aliento. Con el ingreso de los zurdos Ezequiel Heredia y Matías Oyanguren intentó manejar mejor la pelota, pero terminó ganando con angustia empujado por la inagotable vitalidad de Romero, por la habilidad de Luque y por la increíble vigencia de Hernández que dejó su sello de calidad en el tanto que marcó (a los 28’ del complemento) y en cada balón que pasó por sus pies.
Rivadavia: Ramiro Ciaffardini (7); Román Sánchez (6), Juan Menconi (5) y Matías Petit (5); Luis Romero (7), Nicolás De Renzo (5) (después Nahuel Acuña), Tomás Martínez (5) (reemplazado por Matías Oyanguren), Manuel Achetta (5) (más tarde Ezequiel Heredia) y Rodrigo Leguizamón (5) (sustituido por Valentín Griguelo); Joaquín Hernández (7) y Alejandro Luque (6).
DT: Diego Menconi.
Villa Manchi: Gonzalo Rubio (6); Lautaro Miranda (5), Daniel Busca (6), Gonzalo Godoy (6) y Tomás Domancich (5) (reemplazado por Mateo Córdoba); Oscar Zapata (7) (luego Mateo Palumbo), Franco Vivas (6), Franco Ladebesse (5) y Juan Pablo Falivene (5) (más tarde Samir Figueroa); Agustín Zalazar (6) y Brian Abaca (6).
DT: Daniel Maguicha.
Goles: 20’ y 90’ Romero (R), 53’ Zapata (VM) de penal, 73’ Hernández (R) y 78’ Abaca (VM) de penal.
Juez: Ezequiel Bercovich.
Expulsado: 79’ Ladebesse (VM). Público: 230 personas. La figura: Luis Romero (7) de Rivadavia.